Una madre cubana trajo al mundo a su bebé, en medio de la emergencia sísmica que esta mañana mantuvo en alarma a los pobladores de la parte sureña del oriente del país.
El parto, calificado como un momento de esperanza y vida en medio de la adversidad, tuvo un feliz término con la llegada al mundo del bebé.
A pesar de las condiciones poco favorables, el parto fue atendido por un equipo de especialistas en el Hospital Mariano Pérez Balí, ubicado en el municipio de Bartolomé Masó, en la zona montañosa de Granma.
Imágenes compartidas por dirigentes y periodistas oficialistas mostraron el improvisado salón de partos, habilitado en lo que parece ser un pasillo de la institución médica.
Ruber Meriño Medina, dirigente político de la zona, calificó el nacimiento como “un parto en condiciones de guerra, entre réplicas”, una frase que politiza, como suele ocurrir en el discurso oficial cubano, un momento íntimo y humano en medio de la crisis.
Este domingo, miles de personas se vieron obligadas a protegerse, debido a varios sismos que sucedieron en el oriente cubano, siendo los más significativos uno de magnitud 6 en la escala de Richter y otro de 6.7, ambos con menos de una hora de diferencia.
Hasta el momento, el Servicio Sismológico Nacional ha registrado al menos 300 réplicas del terremoto cuyo epicentro se ubicó al sureste de Pilón, en Granma, de las cuales al menos 15 han sido perceptibles por la población.
En Granma y Santiago de Cuba, los usuarios en redes sociales han reportado daños en viviendas y edificaciones estatales, destacando principalmente el colapso de estructuras y el agrietamiento de paredes.
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