Un nuevo caso de secuestro afecta a un cubano en México. La familia en la isla se encuentra desesperada porque llevan 11 días sin escucharlo ni verlo en las amenazantes llamadas que reciben.
Jorge Raúl Avalle Recio, es un migrante cubano en México. Su familia asegura que se encuentra secuestrado desde octubre. La esposa, en un acto desesperado, envió 3,200 dólares como rescate, pero no fue liberado.
Los secuestradores tras recibir la primera suma aumentaron la demanda a $12,000, pero la familia cubana no puede pagar semejante cifra. Al ver que no recibirían el dinero, los delincuentes bajaron el rescate a $6,000. Sin embargo, los familiares de la víctima tampoco tienen esa cantidad de dólares.
La esposa y la madre de Jorge Raúl, recurrieron al periodista cubano Mario J. Pentón para contar su tragedia y pedir ayuda en las redes sociales.
En los mensajes que enviaron, expresaron que han vendido todo lo posible para conseguir los primeros $3,200 y tras la última demanda de los secuestradores, no tienen forma de enviar más dinero.
La familia no ha tenido noticias de Jorge Raúl desde hace 11 días, ya que sus captores no permiten ni escuchar ni ver a su ser querido, aumentando así la incertidumbre sobre su bienestar.
La angustiante situación de Jorge Raúl ocurre en un contexto de creciente riesgo para los migrantes cubanos en México, donde bandas criminales aprovechan la vulnerabilidad de estas personas para exigir dinero a sus familias, principalmente en Estados Unidos.
Mario J. Pentón, recordó la importancia de no ceder a las demandas de los secuestradores enviando dinero, ya que la extorsión suele incrementarse una vez se realiza el primer pago.
Este caso recuerda lo sucedido con Adrián Pupo Ojeda, un médico cubano secuestrado en Tapachula, México, quien fue liberado luego de que amigos y familiares lograran reunir los fondos necesarios gracias a una campaña de donaciones en la comunidad hispana.
La crisis migratoria y las duras condiciones que enfrentan los cubanos en su travesía hacia Estados Unidos siguen exponiéndolos a peligros graves, como el secuestro, a manos de organizaciones criminales que ven en ellos una fuente de ingresos.
La familia de Jorge Raúl mantienen viva la esperanza de su liberación, aunque la falta de recursos y el silencio impuesto por los secuestradores intensifican su angustia.
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