Enfundado en su uniforme de presidente del Consejo de Defensa Nacional, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel volvió a las calles de la capital para impulsar una vez más su campaña por la limpieza e higienización de La Habana.
La suciedad sigue campando por su respeto en la capital, a pesar de que el inquilino de Palacio ha salido en varias ocasiones rodeado de su guardia personal a recorrer sus barrios para trasladar a los habaneros su firme propósito de conseguir limpiar la ciudad.
Este sábado, coincidiendo con el aniversario 505 de La Habana, Díaz-Canel recorrió varios puntos de la urbe para mostrar su preocupación por el estado de abandono, inmundicia y contaminación que domina su paisaje.
Estuvo en el llamado Cubo del otrora muelle de Caballería, principal punto del sistema de alcantarillado central de la ciudad.
“En este sitio conoció de las inversiones que se ejecutan para aliviar la evacuación de los residuales líquidos de 5 municipios de La Habana, a partir de fondos donados por instituciones españolas”, indicó en redes sociales la Presidencia.
Su “agenda” incluyó una visita al “antiguo Palacio Sarrá, ubicado en el Malecón habanero que ha sido rescatado por la Oficina del Historiador de La Habana, con apoyo del Fondo Saudita para el Desarrollo”.
El inmueble está considerado de gran valor patrimonial, junto al antiguo Palacio de las Cariátides, donde una vez estuvo el Centro Cultural de España de 1997 hasta 2003, año en que el dictador Fidel Castro lo cerró después de una considerable inversión y obra de restauración sufragada por los españoles.
Después, el líder de la llamada "continuidad" y su comitiva se desplazaron a las zonas aledañas a la ciudad deportiva en el municipio Cerro “donde conoció detalles sobre la marcha de la recuperación”. En conversación con las autoridades locales, el gobernante volvió a explicar su estrategia para el saneamiento de La Habana.
“Este es un municipio muy grande y complejo, pero tiene muchos centros de trabajo. Si nosotros logramos que los centros de trabajo asuman con responsabilidad la parte que les toca en el saneamiento de la ciudad permanentemente, nosotros ganamos la batalla”, dijo.
La “batalla” contra la basura se le resiste al creador de la “resistencia creativa”
A comienzos de octubre, Díaz-Canel lanzó una ofensiva integral contra la acumulación descontrolada de basura en la capital.
Según reseñó el diario oficialista Granma, el gobernante –de visita en el municipio Diez de Octubre- anunció un plan estratégico en el que "cada ministerio apadrinará un municipio", con el objetivo de estabilizar la recogida de desechos sólidos y mejorar las condiciones de higiene en la ciudad.
Sin embargo, un mes después La Habana sigue exhibiendo el caos de basureros, ruinas y desechos que inundan sus calles. Y la estrategia de Díaz-Canel, basada en el apadrinamiento de municipios por los ministerios de su gobierno y en “desterrar la cultura de la chapucería”... brilla por su ausencia.
Impertérrito, el también primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) “dialogó con trabajadores y vecinos” del Cerro, según reporte del Noticiero Nacional de Televisión (NTV), a los que explicó la estrategia de limpieza y servicios comunales que parió en sus noches de insomnio y preocupación por la salud de los cubanos.
“Ahora, ¿qué tenemos que hacer? Pues, buscar la sostenibilidad. Siempre no podremos tener toda la cantidad de equipos que tenemos estos días. Pero si una vez a la semana logramos que un grupo de equipos y organismos participe, si logramos que los centros de trabajo que están en cada lugar apoyen en su comunidad, si una vez a la semana hacemos movilizaciones como esta de ustedes, por los CDR, centros de trabajo, [entonces] ayudamos a mantener la ciudad”.
Además, pidió “disciplina y compromiso de los habitantes de la ciudad” para mantener bella la ciudad. “Esta ciudad la tenemos que defender entre todos y tenemos que ir recuperando las heridas, sanando heridas”, añadió antes de volverse a Palacio con las manos limpias, su séquito aplaudidor y sus bólidos contaminantes.
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