Un video viral en TikTok ha generado una intensa polémica en redes sociales al mostrar a tres jóvenes estudiantes cubanos participando en una competencia de baile al ritmo de reguetón. La grabación, publicada por el usuario Ariel Manager (@ariel_manager), parece haber sido grabada en el patio de la escuela Revolución de Octubre en Jovellanos, Matanzas.
En el video, los estudiantes, vestidos con sus uniformes escolares, ejecutan movimientos de cintura al ritmo del reguetón, mientras un grupo de compañeros y espectadores aplaude y anima el momento.
El ambiente festivo, sin embargo, no ha evitado que la escena desate un acalorado debate en redes sociales, dividiendo opiniones entre quienes celebran la espontaneidad de los jóvenes y quienes critican lo que consideran una falta de valores en el contexto educativo.
Entre los comentarios destacan frases como “Cuba avanza y eso duele”, de usuarios que defienden la expresión cultural de los estudiantes, y “La juventud cubana está preparadísima”, con un tono sarcástico que lamenta la aparente trivialidad de los valores inculcados en las nuevas generaciones.
Otros, sin embargo, han señalado la importancia de no juzgar a los adolescentes fuera de contexto, subrayando que el baile es una forma legítima de expresión artística y cultural en Cuba.
El video ha reabierto debates recurrentes sobre el impacto de la música urbana en la sociedad cubana, especialmente en los jóvenes, y el papel de las instituciones educativas en la formación de valores.
Algunos críticos han señalado la permisividad del personal docente al permitir este tipo de actividades en horario escolar, mientras otros aseguran que los adolescentes simplemente reflejan la cultura popular que los rodea.
El reguetón, como género musical predominante entre los jóvenes cubanos, ha sido motivo de debates culturales y sociales en la isla. Mientras para muchos representa un espacio de libertad y autenticidad, otros lo perciben como una influencia negativa que refuerza estereotipos y actitudes cuestionables.
Este episodio en la escuela de Jovellanos es un ejemplo más de cómo la música urbana continúa siendo un punto de encuentro –y conflicto– en la Cuba contemporánea, dividiendo opiniones entre quienes celebran su impacto cultural y quienes advierten sobre sus posibles efectos en las nuevas generaciones.
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