En un diálogo reciente con el pueblo de Lajas, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel rompió el silencio sobre el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, que reafirmaron el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Durante su intervención, Díaz-Canel expresó que, para el gobierno cubano, los resultados de los comicios no fueron sorpresivos.
"Era un escenario previsto", afirmó, al referirse a las posibles repercusiones para Cuba, que experimentó fuertes sanciones durante la administración anterior del republicano.
Ya el congresista cubanoamericano Mario Díaz-Balart había anticipado en una entrevista con el periodista Mario J. Pentón, un endurecimiento de las políticas de Trump hacia Cuba y Venezuela.
Según Díaz-Balart, la nueva administración republicana implementará medidas más severas contra ambos regímenes, con un enfoque particular en la seguridad nacional de EE.UU. y la política migratoria.
Díaz-Balart, quien ha sido un crítico constante del régimen cubano, advirtió que durante el segundo mandato de Trump se implementará un "cambio dramático" en la relación de Estados Unidos con Cuba.
El congresista enfatizó que el gobierno de Trump no permitirá que el régimen de la isla use recursos para "dañar a Estados Unidos" ni que continúe "oprimiendo a su propio pueblo".
Además, anticipó que la administración Trump tomará acciones directas contra quienes violen las leyes migratorias de Estados Unidos, incluyendo la deportación de individuos vinculados a regímenes represivos como el de Cuba.
Finalmente, Díaz-Balart lanzó un mensaje firme a los detractores de Estados Unidos, donde señala que aquellos que se sientan nerviosos con las políticas de Trump tienen razones para estarlo. "Esta administración hará cumplir la ley y no permitirá más violaciones a las normas migratorias", aseguró.
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