Las autoridades sanitarias de Cuba informaron el miércoles sobre una "discreta disminución" en los casos de dengue y oropouche, aunque ambas enfermedades siguen afectando de manera significativa a la población, especialmente en las regiones orientales del país.
El director de Higiene y Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap), Francisco Durán, indicó en declaraciones a la televisión estatal que las enfermedades, transmitidas principalmente por mosquitos y jejenes, continúan siendo un problema de salud pública importante, pero han disminuido.
Sin embargo, no precisó las cifras actuales de infectados.
En octubre pasado, el Minsap reportó más de 17,000 casos sospechosos de dengue en lo que iba de año, muchos de los cuales requirieron hospitalización en salas de terapia intensiva.
En septiembre se identificaron 12,000 casos sospechosos de oropouche, una enfermedad que se detectó por primera vez en Cuba en mayo y que ya circula por todo el país, en parte gracias al deficiente control antivectorial y sanitario en la isla.
Durán, quien ha dicho que el país no cuenta con combustible para impulsar campañas de fumigación, instó a la población a mantener el saneamiento ambiental y eliminar los criaderos de mosquitos.
No obstante, reconoció que problemas estructurales, como salideros de agua en las vías públicas, siguen siendo un desafío para controlar la propagación de estas enfermedades.
El dengue, endémico en Cuba, afecta actualmente a 14 de las 15 provincias del país y es transmitido por el mosquito Aedes aegypti. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la isla reportó en 2019 y 2022 más de 3,000 casos confirmados de esta enfermedad.
Por otro lado, el oropouche, conocido también como fiebre del perezoso, es transmitido por insectos como el mosquito Culex quinquefasciatus y el jején (Culicoides paraensis). Sus síntomas, similares a los del dengue, incluyen fiebre, dolores musculares y articulares, vómitos y diarreas.
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