La hija del Dr. Raúl González Hernández, creador del antianémico Trofin y destacado científico cubano, denunció este sábado en redes sociales la humillante situación que vive su padre en Cuba.
Elizabeth González Aznar denunció en Facebook que su padre, el Dr. González Hernández, con 79 años y una vida dedicada a la investigación científica, se ha visto obligado a “mendigar” el medicamento que él mismo desarrolló para tratar a su hija, quien sufre de anemia crónica por déficit de hierro.
El Dr. González Hernández, doctor en Ciencias e investigador titular, trabajó por más de 45 años en el desarrollo de una línea de productos antianémicos bajo el nombre de Trofin, incluyendo jarabes y tabletas combinadas con nutrientes esenciales como vitamina C y ácido fólico.
Fue fundador y líder del Laboratorio de Antianémicos en el Centro Nacional de Biopreparados (BioCen), dejando un legado invaluable en la salud pública cubana, señaló su hija.
Sin embargo, tras su jubilación, el científico ha sido relegado al olvido por las instituciones a las que entregó su vida laboral.
González denunció que, a pesar de ser el creador del medicamento, su padre no recibe ningún tipo de prioridad para acceder al Trofin, enfrentándose a un sistema que, según sus palabras, carece de ética y humanidad.
La denuncia detalló que, en varias ocasiones, el Dr. González Hernández ha tenido que recurrir a antiguos compañeros de trabajo en el BioCen para solicitar el medicamento, sin éxito en la mayoría de los casos.
Incluso en momentos críticos, como una cirugía de cadera que lo dejó anémico, apenas lograron obtener un único frasco de Trofin gracias a la intervención de una vecina que trabaja en el centro.
La situación se tornó más desesperante cuando el medicamento dejó de aparecer en las farmacias estatales y comenzó a venderse en el mercado negro a precios exorbitantes, alcanzando los 500 pesos por unidad.
“Es denigrante que mi padre, después de tantos años de sacrificio, tenga que rogar por el producto que él mismo creó”, expresó la hija con indignación.
El relato también subraya la falta de reconocimiento que enfrenta el Dr. González Hernández como creador de Trofin, ya que, bajo el sistema cubano, no se reconoce la propiedad intelectual individual.
“Aunque en nuestro sistema no exista la categoría de ‘dueño’ de un producto, mi padre lo es, y su contribución es reconocida internacionalmente”, agregó.
La hija del científico concluyó su denuncia exigiendo respeto y justicia para su padre, quien dedicó su vida a mejorar la salud de millones de cubanos: “No voy a callar más. Honor a quien honor merece. Respeto y ética, eso es lo que voy a exigir”, finalizó.
Las redes sociales se han convertido en un espacio recurrente para que los cubanos denuncien el “abandono” que enfrentan los ancianos por parte del régimen cubano, especialmente al llegar a la jubilación y concluir su vida laboral.
Recientemente, la activista Yamilka Laffita, conocida en redes como Lara Crofs, compartió la conmovedora historia de una anciana de 72 años que, impulsada por la necesidad y la escasez, tocó a su puerta en La Habana pidiendo comida.
“La deuda del gobierno con los mayores es impagable”, concluyó con tristeza la activista tras su conversación con Felicia, cuya historia compartió en Facebook.
Hace un par de años, dos ancianos cubanos denunciaron la terrible situación en la que viven: solos, enfermos y sin recibir ninguna prestación económica por parte del gobierno.
Luis Gané Cruz, de 82 años, pidió a través de la agencia de prensa independiente CubaNet, que el Estado les otorgue al menos una mínima pensión para él y su hermano Pedro, de 81 años, con la que puedan hacer frente a algunos gastos.
Preguntas frecuentes sobre el Dr. Raúl González Hernández, y el Trofin
¿Quién es el Dr. Raúl González Hernández?
El Dr. Raúl González Hernández es un médico veterinario cubano y biotecnólogo, reconocido por su destacada trayectoria como investigador en el Centro Nacional de Biopreparados (BIOCEN) de Cuba. A lo largo de su carrera, ha liderado importantes proyectos, especialmente en el área de antianémicos. Su obra más conocida es el desarrollo del Trofín, un biopreparado de origen natural con propiedades antianémicas.
¿Que es el Trofin?
El Trofín fue diseñado como una alternativa para tratar la anemia, particularmente en aquellos pacientes que no toleran los tratamientos convencionales con sales de hierro. Los estudios clínicos mostraron resultados muy prometedores: en el 86% de los casos de niños con anemia por deficiencia de hierro se logró una recuperación efectiva de los niveles de hemoglobina, además de mostrar buena tolerancia en la mayoría de los pacientes.
¿Cuál es la situación de acceso a medicamentos en Cuba?
La escasez de medicamentos en Cuba es crítica, lo que obliga a muchos ciudadanos a recurrir al mercado negro para obtenerlos a precios exorbitantes. Esta situación afecta tanto a los ancianos como a los profesionales de la salud, quienes a menudo deben buscar insumos básicos por su cuenta, según denuncias recurrentes en redes sociales.
¿Qué papel juegan las redes sociales en las denuncias sobre la crisis en Cuba?
Las redes sociales se han convertido en una plataforma crucial para que los cubanos denuncien la falta de insumos médicos, el maltrato en hospitales y otras carencias del sistema de salud. Casos como el del Dr. González y otros ciudadanos muestran cómo estas denuncias buscan visibilizar situaciones críticas y presionar para obtener atención y recursos necesarios.
¿Cómo afecta la escasez de recursos a las familias cubanas con niños enfermos?
La escasez de recursos en Cuba tiene un impacto devastador en las familias con niños que padecen enfermedades crónicas o graves. La falta de medicamentos y alimentos adecuados complica aún más la situación de estos menores, quienes dependen de dietas especiales y tratamientos que no siempre están disponibles, lo que fuerza a sus familias a buscar soluciones desesperadas.
¿Qué consecuencias tiene la falta de reconocimiento a los científicos en Cuba?
En Cuba, la falta de reconocimiento a los científicos y sus contribuciones afecta tanto su acceso a los beneficios de su trabajo como su dignidad personal. El sistema no reconoce la propiedad intelectual individual, lo que lleva a situaciones como la del Dr. González, quien, a pesar de su legado, no recibe el respeto ni la atención que merece por parte de las instituciones para las que trabajó.
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