El gobierno cubano anunció la elaboración de un nuevo Código de la Niñez, fundamentado en los valores y principios del dictador Fidel Castro, además de otras figuras polémicas como Ernesto "Che" Guevara, o tergiversadas por la propaganda y la historia oficialista, como José Martí.
Durante la presentación ante la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), el gobernante Miguel Díaz-Canel subrayó que este código busca proteger y preparar a niños, adolescentes y jóvenes para el futuro del país, orientándolos "en favor de la Revolución".
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“Aquí estamos hablando ‘del presente y el futuro del país’, de un código que tiene que proteger, que no solo es abrazar, sino preparar para la vida, preparar a nuestros niños, adolescentes y jóvenes para que puedan ‘desarrollar todas sus capacidades en favor de la Revolución’”, reseñó Granma la palabras del también primer secretario del Partido Comunista de Cuba.
El objetivo principal es garantizar el desarrollo integral de las nuevas generaciones, profundizando en "valores, ética y comportamiento cívico", aseguró Díaz-Canel.
En ese sentido, destacó la riqueza de la pedagogía revolucionaria, afirmando: "Tenemos un arsenal en la pedagogía, el pensamiento y derecho revolucionarios, en Fidel, el Che y Martí", que debe guiar la elaboración del documento.
Asimismo, propuso una amplia consulta popular para discutir el contenido del código, involucrando a pedagogos, profesores, niños, adolescentes y familias, similar a lo realizado con el Código de las Familias, “pero sin necesidad de hacer un referéndum”, dijo.
La propuesta también abordó la violencia hacia menores, señalando que "en Cuba no puede existir una persona de estos grupos etarios que se sienta en desventaja o no se sepa seguro en sus centros de estudio".
No obstante, estas afirmaciones contrastan con denuncias frecuentes de organizaciones de derechos humanos y medios independientes sobre casos de violencia institucional y represión estatal, consistente en muchos casos en amenazas a padres o tutores de menores relacionadas con la custodia.
Adoctrinamiento y control estatal: Un contexto de represión y manipulación de menores en Cuba
La educación en Cuba ha estado históricamente marcada por un fuerte componente ideológico. Desde temprana edad, los niños son expuestos a prácticas que buscan inculcar los valores de la Revolución.
En abril de 2024, se reportó que niños matanceros participaron en desfiles pioneriles en saludo al Primero de Mayo, donde se les inculcaba lealtad a los líderes históricos y a la "continuidad" del sistema político imperante.
Asimismo, en diciembre de 2024, se denunció que en una iglesia cristiana de La Habana, una capitana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) impartió charlas a niños sobre la vida militar, evidenciando una peligrosa complicidad entre la iglesia y el régimen cubano para promover la ideología oficial.
En noviembre de 2024, Díaz-Canel instó a los niños a seguir la ideología de Fidel Castro, reforzando el adoctrinamiento desde las más altas esferas del poder. Estas acciones reflejan una estrategia sistemática para moldear la conciencia de las nuevas generaciones en función de los intereses del Estado.
Además, en febrero de 2024, se divulgó un video donde una profesora miembro del Partido Comunista visitó un aula de quinto grado para hablarles a los menores acerca del "honor" que significa ser militante, enfatizando la necesidad de "ser como Fidel”. Este tipo de actividades en el entorno escolar refuerza la presencia de la ideología oficial en la formación educativa.
La reciente propuesta del Código de la Niñez, inspirada en figuras revolucionarias, se enmarca en esta tradición de adoctrinamiento.
Aunque se presenta como una iniciativa para proteger y preparar a las nuevas generaciones, diversos sectores de la sociedad cubana y observadores internacionales expresan preocupación por la instrumentalización de la infancia con fines políticos.
La falta de un debate plural y la imposición de una única visión ideológica podrían limitar el desarrollo de un pensamiento crítico y autónomo en los niños y jóvenes cubanos. Mientras el gobierno cubano promueve la elaboración de un nuevo Código de la Niñez basado en valores revolucionarios, persisten las críticas sobre el uso de la educación como herramienta de adoctrinamiento político.
El Código como herramienta de represión
Dado este historial documentado de amenazas y represión estatal, existe preocupación sobre la posibilidad de que el nuevo Código de la Niñez sea utilizado como una herramienta legal para ejercer control social y reprimir a opositores políticos y activistas en Cuba.
El precedente de utilizar a los hijos de disidentes como medio de presión genera dudas sobre la verdadera intención detrás de esta legislación. La inclusión de términos como "formar en valores revolucionarios" y "defender la Patria" en el marco legal podría facilitar medidas punitivas encubiertas bajo el discurso de protección de menores.
En marzo de 2024, la Seguridad del Estado presuntamente amenazó a la esposa de un preso político para que dejara de denunciar abusos contra su esposo encarcelado, advirtiéndole que podría perder la custodia de sus hijos si continuaba con sus denuncias.
En diciembre de 2023, la activista Idelisa Diasniurka Salcedo fue amenazada con la retirada de la custodia de sus hijos por motivos políticos, en un acto de represalia por su activismo público y denuncias contra el régimen.
En febrero de 2023, el exmarido de una opositora encarcelada fue objeto de amenazas similares, siendo advertido de que sus hijos podrían ser separados de él si persistía en denunciar públicamente la situación de su expareja.
Los casos mencionados anteriormente ilustran un patrón recurrente de amenazas vinculadas a la custodia de los hijos de opositores. Si bien el discurso oficial promueve la creación de un sistema de observación para supervisar la implementación del Código, los antecedentes de represión estatal sugieren que podría convertirse en un mecanismo de control más.
Estos antecedentes generan escepticismo sobre la implementación efectiva del propuesto Código de la Niñez, especialmente en términos de derechos y seguridad para los menores en Cuba, y levantan alertas ante el posible uso de la normativa para reforzar la represión estatal bajo una fachada legal.
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