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Se acerca el fin de año en Cuba y muchas familias aún no tienen idea de qué van a poner a la mesa en la cena del 31 de diciembre.
La carne de puerco, que años atrás era la "estrella" en los hogares en los días de fiesta, muestra ahora precios estratosféricos en mercados agropecuarios y tiendas en divisas, inalcanzables para gran parte de la población.
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El mercado agropecuario de 9na y F, en El Vedado, La Habana, compartió la tablilla de precios de esta semana en la carnicería El Pollito, donde la pierna de cerdo deshuesado importada cuesta 1,000 pesos la libra y la de lomo de cerdo ahumado, 1,100.
En el mismo mercado, la Carnicería del Cancha oferta además otros productos cárnicos que son un verdadero lujo, como la libra de hígado de res a 490 pesos, la de costilla de cerdo a 740 y la de pechuga de pavo a 1,200.
Un artículo como el picadillo de pollo, que antes era la "salvación" en muchas casas, ahora se vende por 310 pesos la libra.
Con estos valores, una pierna de cerdo o paleta mediana, que era lo típico que se comía en Cuba en estas celebraciones, puede llegar a costar alrededor de 12 mil pesos (unos 70 MLC en las tiendas del Estado).
Esta foto tomada en una tienda en MLC permite ver el precio de la pierna de cerdo: casi 10 dólares el kilo.
Los cubanos que residen en el extranjero, que se valen de las tiendas online para comprarles comida a sus seres queridos en la Isla, deberán saber que la pierna de cerdo tiene un precio similar o un poco superior (según la empresa) al de las tiendas en MLC, a lo cual se suman los gastos de envío.
El viernes pasado CiberCuba recopiló información sobre los precios de los productos alimenticios en varios agromercados de La Habana y elaboró una tabla de los valores promedios.
Los precios de la carne de cerdo ya eran prohibitivos: la libra de masa de cerdo estaba a entre 1,100 y 1,300 pesos; la de bistec, 1,500 y la de pierna, entre 780 y 800 pesos; valores ya altísimos que, por si fuera poco, han subido en estos cinco días.
Pero no ha sucedido así solo con el puerco. También con el pollo, que solía ser una alternativa más económica, ha experimentado un alza considerable.
Un paquete de 2.5 kilogramos cuesta alrededor de 5,200 pesos. Las pechugas alcanzan los 5,000 pesos el kilo y el pollo entero deshuesado llega a los 4,800 pesos la unidad.
Incluso los huevos, antes considerados una opción accesible, se venden por 3,300 pesos el cartón (a 110 pesos la unidad).
Preguntas frecuentes sobre el precio y accesibilidad de la carne de cerdo en Cuba
¿Cuánto cuesta la carne de cerdo en La Habana?
La carne de cerdo en La Habana tiene precios prohibitivos, con la libra de masa de cerdo entre 1,100 y 1,300 pesos, y la pierna deshuesada alcanzando hasta 1,000 pesos por libra. Estos precios son inalcanzables para la mayoría de las familias cubanas debido a la inflación y el bajo poder adquisitivo.
¿Por qué la carne de cerdo es tan cara en Cuba?
La carne de cerdo es cara en Cuba debido a la crisis de producción porcina, causada por la falta de insumos como maíz y soya, la escasez de medicamentos y las barreras burocráticas. Esto ha llevado a una producción insuficiente para satisfacer la demanda, aumentando los precios.
¿Cómo afecta la crisis de la carne de cerdo a las familias cubanas?
La crisis de la carne de cerdo afecta gravemente a las familias cubanas, especialmente en festividades como el Fin de Año, donde este alimento es tradicional. Los altos precios hacen que muchas familias no puedan incluir cerdo en su dieta, afectando su acceso a fuentes de proteína esenciales.
¿Qué medidas ha tomado el gobierno cubano para solucionar la crisis de la carne de cerdo?
El gobierno cubano ha prometido aumentar la producción de carne de cerdo mediante la creación de centros multiplicadores y el uso de piensos líquidos. Sin embargo, estas medidas no han resultado efectivas debido a la falta de financiamiento y la burocracia que dificulta la entrega de recursos a los ganaderos.
¿Qué alternativas tienen los cubanos ante los altos precios de la carne de cerdo?
Las alternativas son limitadas, con el pollo también experimentando un aumento de precios considerable. Muchas familias optan por reducir el consumo de carne o buscar proteínas más económicas, aunque la oferta es escasa y la calidad a menudo es baja.
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