Cuba se hunde en la miseria y el mandatario Miguel Díaz-Canel sigue aferrado a una realidad que no existe a pie de calle y a un futuro que todos, excepto él, ven incierto en un país asolado, como nunca antes, por la pobreza y la escasez. En medio del fin de año de los apagones, al sucesor de Raúl Castro no se le ocurre otra cosa que asegurar que viene un 2025 "provechoso".
Lo hizo durante su intervención a través de videoconferencia en la reunión del Consejo Supremo Económico Euroasiático, que se celebra en San Petersburgo (Rusia), en el que Cuba participa como país observador.
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"Somos un pueblo optimista, resistente y creativo y tenemos la certeza de que el 2025 será "provechoso" a pesar de los retos para la realización de objetivos y metas comunes por un desarrollo sostenible", dijo al final de un discurso de casi cinco minutos en los que, como de costumbre, culpó de todos los males de la Isla a los fenómenos meteorológicos adversos y a un supuesto recrudecimiento del embargo de Estados Unidos, obviando que es público y notorio que la Administracion Biden suavizó las medidas y sanciones impuestas a los comunistas cubanos durante el primer mandato del presidente Donald Trump.
De hecho, nada más llegar a la Casa Blanca, el demócrata aprobó, en mayo de 2022, el levantamiento de restricciones a los viajes, el envío de remesas y los vuelos a la Isla. Aún así, Díaz-Canel 'vende' el relato de que ha ido peor con Biden de lo que fue con Trump. Como de costumbre, no mencionó, ni de forma indirecta, su mala gestión y el fracaso de la Tarea Ordenamiento, que su Gobierno reconoció, pero que no ha vuelto a mentar, quizás con la esperanza de que ese error garrafal caiga en el olvido.
En los casi cinco minutos de intervención online, el mandatario cubano se mostró esperanzado en que la Cuarta Comision Conjunta entre Cuba y la Comisión Económica Euroasiática que se celebrará en el primer trimestre de 2025 en Rusia, ayude a "lograr resultados concretos para todos".
Poco o nada ha venido a decir Díaz-Canel en su discurso, más allá de la manoseada apuesta por "la cooperación, la solidaridad y la integración". Eso sí, a Putin, anfitrión del encuentro, le expresó su lealtad. "Tengan la seguridad de que podrán contar con el modesto y comprometido apoyo de Cuba, en su condición de Estado Observador", dijo.
Incómodo durante la lectura del teleprónter, Díaz-Canel no ha explicado en su discurso por qué no ha asistido en persona a la Cumbre Económica Euroasiática, que este año cumplió diez años y que él mismo asegura que es un "un importante mecanismo de integración económica", que ha acordado desarrollar "la cooperación mutuamente beneficiosa" entre los países miembros (Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Rusia) y los observadores (Cuba es uno de ellos).
No obstante hay que tener en cuenta que a finales de septiembre y primeros de octubre de este año, una amplia delegación cubana asistió al tercer Foro Económico Euroasiático, celebrado en Armenia y que en menos de tres meses habrá otro encuentro en Rusia.
Esta vez se han reunido a las afueras de San Petersburgo, en medio de tensiones latentes entre el ex presidente de turno, Armenia, y su sucesor, Bielorrusia, que asumirá el mando en 2025. Para meter el dedo en la llaga, el bielorruso Alexandr Lukashenko ha propuesto que el próximo encuentro se celebre en Minsk. Lo hace porque es tradición alternar una cumbre en Rusia y otra en el país que preside la Unión Económica Euroasiática, pero también para dejar en evidencia al presidente armenio Nikol Pahsinián, que aseguró públicamente que no pondría un pie en Bielorrusia mientras Lukashenko estuviera al frente del país.
Las respuestas al discurso de Díaz-Canel no se hicieron esperar en la red social X (antes Twitter), donde los internautas le invitaron a apostar por el sistema de salud cubano más que por la solidaridad y le animaron a darse cuenta de que el mundo ha cambiado y hace años que no vive de consignas.
No es la primera vez que Díaz-Canel da un discurso optimista. Hace poco dijo que a pesar de las dificultades "el país avanza y crece". También ha culpado a Estados Unidos de las carencias y dificultades del sistema de salud cubano, obviando que su gobierno destina 14 veces más presupuesto al turismo que a los hospitales.
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