El joven cubano Néstor Damián Gámez González (La Habana, 26 de junio de 1987) pasará su segunda Nochevieja en una cárcel de México. Está preso desde mediados de junio de 2023 en un caso que se ha ido complicando debido, en su opinión, a la arbitrariedad y corruptelas que rodean al sistema penitenciario y judicial mexicano.
"Estoy preso por amar a mis hijos y defender a mi mamá. Quise defenderlos, pero perdí", explica a CiberCuba a través de un audio enviado desde prisión a tumba abierta y con el corazón en la mano.
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"Yo soy un padre, hijo, que se encuentra preso desde el 12 de junio de 2023 por amar a mis hijos y defender a mi madre, una madre que el día 8 de abril (de 2023), en los Juzgados familiares de Toluca (Estado de México), fue agredida por quince personas y le desgraciaron la vida para siempre. Tuve que verla ensangrentada, llevarla al hospital, verla desmayarse en reiteradas ocasiones; sufrir de dolor y quedar incapacitada para trabajar. Aún así le han negado todos los programas sociales con el objetivo de que no viera a sus nietos, que son mis hijos y a los cuales yo, desde hace cuatro años no he podido convivir con ellos. He estado peleando la guarda y custodia y la única forma de que no me dieran la custodia que por ley me tocaba era metiéndome preso o matándome", señala en un mensaje de WhatsApp enviado a CiberCuba.
Según explica, ha sido víctima de amenazas y extorsiones y sospecha que en este caso ha habido sobornos a los jueces, aparte de las llamadas y amenazas a su domicilio, "a punta de pistola".
Quiso quitarse la vida
Néstor Damián Gámez confiesa a CiberCuba que está próximo a cumplir un año desde que intentó quitarse la vida. Su prometida lo dejó porque consideró que era una vergüenza estar con un hombre preso. También perdió su trabajo en una de las empresas más importantes de México, la cadena de tiendas Coppel.
En la cárcel todo son penurias. "Tuve que sacarme una muela a sangre fría. No se imaginan el dolor que se pasa. Llevaba un mes con dolor de muela. El cuerpo se acostumbra a autocurarse sin medicinas y sin nada".
De su paso por los Juzgados le duele haber visto a su madre llorar mientras los jueces se burlaban de ella y también de él por asegurar que tiene una orden de asesinato. "Han pagado 50.000 pesos para matarme", dice.
"Dejo este audio para mis hijos. Que sepan que los amo con locura. Que luché, que di la vida por ellos. Que me enfrenté a un poder gigantesco, a la mafia judicial de este país, para estar con ellos, con una figura paterna como me enseñó a mí mi mamá. Yo tuve dos padres, un papá y un padrastro que me entregaron amor; me criaron juntos, en paz y armonía, y ahora mi mamá está aquí sola. Le han cortado la economia y no puede ayudarme".
"A todos los cubanos los animo a decir un te quiero o un te amo porque el día mañana no sabemos lo que pueda pasar. A mí me apresaron saliendo de mi trabajo, delante de mis compañeros. Me humillaron. He sido torturado constantemente. Mi embajada me retiró el apoyo porque le escribí una carta a Díaz-Canel, pero una vez que sales de Cuba ya no eres cubano. Dejo esto como un legado porque si algo me llega a pasar, como es lógico que pase, quiero que se sepa que un cubano luchó por sus dos hijos y su madre, pero perdió".
Néstor Damián Gámez González trabajaba como gerente en un establecimiento de la cadena de tiendas Coppel, cuando decidió apelar a la justicia para reclamar que se le permitiera ver a su hijo, que en aquel momento tenía tres años y ahora tiene casi seis años. Sin embargo, antes de la celebración de la vista oral, se produjo una reyerta que llegó a copar titulares en los programas de información en Toluca. En la pelea estuvieron involucradas las dos partes enfrentadas por la custodia del menor.
La bronca tuvo lugar el 8 de abril de 2022. Tras la agresión viral, la ex cuñada del agredido y abogada de su ex mujer, lo denunció por abuso sexual y las autoridades mexicanas decidieron decretar una medida cautelar de prisión preventiva al considerar que como Nestor Damián Gámez González es cubano, podía abandonar el país, pese a que ya llevaba ocho años residiendo en México, tenía trabajo fijo y estaba arraigado allí. Sigue en prisión por no querer pactar con la Fiscalía y asumir los cargos que se le imputan falsamente.
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