![Alexis Rodríguez alcanzó la gloria olímpica en Sydney 2000 © Cortesía a CiberCuba](https://cdn0.celebritax.com/sites/default/files/styles/watermark_100/public/1738173870-alexis-rodriguez-grandes-lucha-libre-cubana-medalla-bronce-olimpica-mi-gran-hazana.jpg)
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Nuestro entrevistado de hoy sobresalió en la época de oro de la lucha libre en Cuba. Su presencia en podios mundiales y olímpico era habitual. Hoy día vive en Estados Unidos y mantiene vivos sus recuerdos de aquellos tiempos de grandeza. Alexis Rodríguez responde nuestras preguntas como siempre lo hizo, con amabilidad y certeza.
Bienvenido a CiberCuba, “grandote”. Te veo muy bien.
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Jajajaja. Tú no cambias, Julita. Sí, me siento muy bien. Estoy contento con mi vida, dispuesto a responder tus preguntas. Así que... ¡dispara!
Empecemos por tu vida actual. Cuéntanos.
En estos momentos me encuentro viviendo en el estado de Georgia, en la ciudad de Cleveland. Trabajo en un restaurante como manager y de vez en cuando ayudo en una secundaria (High School) como entrenador de lucha, para no perder la forma. Hago ejercicios y me mantengo, algo importante para la salud.
¿Cómo llegaste a Estados Unidos?
Llego aquí desde Europa, luego de haber trabajado en la escuela internacional africana de lucha. Hice una visita a mi hijo en Italia y decidí que era el momento preciso de venir. Llegué vía parole, que me puso mi hermano.
¿Tienes familia aquí, además de tu hermano?
En efecto, mi hermano vive en este país desde 2007, es ciudadano americano. Además, tengo varios primos.
Sigues con la característica de hablar poco. Pero, vamos a echar la vista atrás. Orígenes de Alexis, ¿por qué la lucha?
Empecé en el Palacio de los Pioneros con el profesor Mayito, a la edad de siete años. Fui captado para la EIDE de la provincia Habana por Silvio Urrutia y Cristóbal Feble. ¿Sabes? En ese tiempo no fui muy estable, ya que no me gustaba estar en la EIDE lejos de la familia, así que me la pasaba entrando y saliendo.
También tuve mi participación en Juegos Escolares, donde fui medallista en la categoría de +56 kg. Después de un tiempo cursando la secundaria, decidí que quería estar cerca de mi hermano, quien siempre fue mi espejo, y terminé entrando en la ESPA Provincial Julio Díaz, de Artemisa. El difunto Pedro Betancourt fue de gran influencia en mi formación.
Aprendí mucho de él y siempre me dio buenos consejos. Su sabiduría me guio hacia la ESPA Nacional, donde me matriculé a los 14 años. Ahí es donde me tomo con más seriedad el deporte. En aquella escuela me corono campeón nacional escolar y juvenil. Logro el 4to lugar en el Nacional de adultos a los 15 años, en 1994.
Un año después, en septiembre, paso a formar filas en la selección nacional y en 1996 me convierto en la primera figura de mi categoría, 130 kg. Así con solo 17 años, clasifiqué para los Juegos Olímpicos de Atlanta y gané el Mundial Juvenil. En ese entonces me entrenaba el ya desaparecido exluchador Bárbaro Morgan, con quien obtuve todos mis resultados.
De Bárbaro guardo mis mejores recuerdos; además de entrenador, era mi padre. Nuestra relación era muy linda, yo le contaba todo sobre mi vida y él, con sus consejos, siempre me ayudó y condujo por un buen camino. Siempre fue una relación cariñosa, de padre e hijo.
¿Cuántos años en el seleccionado nacional; siempre lucha libre?
Sí, la libre era mi modalidad. Siempre me gustó. De vez en cuando, en el equipo nacional, entrenaba con los grequistas, pero lo mío era la libre: más técnicas, más movilidad; me sentía como pez en el agua con la lucha libre.
En cuanto a mi estadía en el Cerro Pelado, estuve desde el año 1995 hasta el 2008, cuando decidí quedarme en España y encaminar mi vida hacia otros rumbos.
Ya hablaste de tu relación con Bárbaro Morgan, ¿algún otro técnico fue referente en tu carrera?
Yo siempre me llevé bien con todos mis entrenadores. Filiberto Delgado era mi profe en la ESPA Nacional y ¿quién no conoce al Fili, su experiencia y dedicación? También recuerdo con mucho respeto a Arturo Yáñez, con quien mantengo una relación de hermandad.
Nosotros tenemos una vieja relación desde que eras muy jovencito, pero jamás olvidaré tu trusa rota tras el combate por la medalla de bronce en Sydney 2000.
Eres mala, malísima. No se te olvida; a mí tampoco. Cuando te vi haciéndome señas porque tenía encima las cámaras de los periodistas y aquello roto y ¡por donde se había roto! Jajajajaja ¡Nada, no pasó nada! Y ahora lo recordamos con risas.
Mi medalla de bronce olímpica es algo que siempre atesoraré porque ¡mira que me costó! Incluso había una propuesta de dinero por medio y dije: “No te la puedo vender, esa medalla es de muchos, mi familia, mis amigos, mi entrenador”.
Ese tercer lugar lo considero una gran hazaña. Lamentablemente, perdí ante el uzbeco Artur Taymazov en semifinales porque yo tenía todas las posibilidades de combatir por el oro con el ruso David Musulbes, a la postre el campeón.
También fuiste un referente en Campeonatos del Mundo. Fueron seis medallas en certámenes del orbe: campeón en Teherán 98; cuatro preseas plateadas en Krasnoyarsk 97, de nuevo Teherán en 2002, Budapest 2005 y Bakú 2007; y bronce en Sofía 2001. ¿Anécdotas?
No terminaríamos esta entrevista si te narro mis peripecias por esos grandes eventos. Sí te puedo decir que asistía la flor y nata de la lucha mundial en todas las divisiones y que, como era característico, se movía el dinero para tratar de “comprar” combates. No sé por qué en este deporte pasa eso.
Sí, considero que mi mayor hazaña en Mundiales fue, precisamente, cuando subí a lo más alto del podio en Teherán 98, estando enfermo, con 40 grados de fiebre. ¡Eso fue extraordinario! Ni el médico se lo creía, ¡pero lo hice!
Alexis Rodríguez ocupó el quinto peldaño en Atenas 2004 (era un gran favorito previo a la contienda) en los 120 kilos, mientras que para Beijing 2008 era uno de los favoritos.
Efectivamente, en el año 2008 yo también era uno de los favoritos para ganar mi división en los Juegos Olímpicos, pero era tanta la decepción que tenía con todo lo que me estaba pasando que decidí quedarme en España.
En el 2010 ingreso en Azerbaiyán por medio de la Federación de Lucha y comienzo a prepararme nuevamente para competir en el año 2013. Pero mi madre se enferma y es operada.
Entonces, me presenté en el consulado cubano, con el objetivo de lograr un permiso de entrada para verla y me negaron la entrada, que hasta la fecha sigo sin entender cómo se puede ser tan déspota, tan insensible, tan inhumano.
Fallece mi mamá y tres meses después, mi abuela. Es cuando por mediación de la Cruz Roja y los Derechos Humanos me otorgan un permiso para la entrada… ¡tres meses después! ¿Para qué? Ahí decidí que ese gobierno no tomaría nada.
En tu larga carrera, ¿cuál fue el luchador que más difícil se te hizo?
Era bien conocida mi rivalidad con el uzbeko Artur Taymasov. Para mí era uno de los más complicados que he tenido que enfrentar. Nos vimos en el colchón varias veces, de las cuales salí vencedor alguna que otra vez, y siempre en combates cerrados.
Estado actual de la lucha libre en el mundo y en Cuba…
En estos momentos, la lista está complicada. Entre los mejores hay rusos y estadounidenses, pero los japoneses vienen pisando muy fuerte y lo demostraron en los pasados Juegos Olímpicos. Además, hay que tener en cuenta que la URSS se multiplicó y hay muy buenos luchadores en todas las repúblicas exsoviéticas.
En cuanto a Cuba, ¿qué decirte? Unido a las muy pocas condiciones que tienen, ya no están ni Morgan ni el Fili (que está con las niñas) ni Arturo ¡en fin!
La lucha libre cubana está muy deteriorada por la pérdida de las escuelas de iniciación deportiva. Las condiciones no son favorables, las necesidades son cada vez más. Es difícil sacar de una cantera que prácticamente está vacía. El equipo nacional no es lo que solía ser; todo está muy mal y es una pena, porque fue el lugar que inspiraba a todo atleta a querer estar allí y ser de los grandes.
¿Tu principal técnica en el colchón?
La que más usaba era una técnica de brazo que ya era “el sello de la casa”. Hoy día la emplean mucho los buenos gladiadores. Yo realizaba un trabajo con mi brazo muy efectivo después de colocarlo debajo del brazo de mi oponente. Entonces lo trabajaba, lo presionaba hasta lograr mi objetivo, que era derribarlo para obtener la máxima cantidad de puntos. Es conocido por “underhook”.
Es una forma de control que, desde esa posición, se realizan varios movimientos. Esa técnica del brazo por debajo del brazo del contrario es muy usual en la greco también.
Para ti quién es el luchador más grande en el planeta y los mejores libristas cubanos de todos los tiempos.
Del mundo, el hoy día presidente de la Federación Nacional de Lucha de Estados Unidos, Bruce Baumgartner, extraordinario, con todos los títulos y todos los honores. Por Cuba, Raúl Cascaret, Alejandro Puerto, Yandro Quintana y Yoel Romero.
Y por supuesto, nuestro entrevistado Alexis Rodríguez también integra esta lista, que además de bronce olímpico y seis medallas mundiales, entre ellas una de oro, fue grande a niveles continental y regional.
A sus 47 años, una linda carrera enorgullece al cubano que vive sus mejores momentos en esta tierra de acogida, Estados Unidos.
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