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La periodista cubana Yania Suárez denunció haber sido expulsada de la Fundación Ludwig de Cuba tras participar en el visionaje y debate del documental Landrián, del cineasta Ernesto Daranas.
En un extenso mensaje publicado en su perfil de Facebook, Suárez relató que asistió al evento con varias preguntas sobre la vida de Nicolás Guillén Landrián, en especial sobre la falta de información en torno a su relación con el Comité Cubano Pro Derechos Humanos (CCPDH), fundado por Ricardo Bofill en la década de 1980.
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“Tenía mis preguntas. Dejé que otros hablaran”, escribió, y señaló que en el debate intervino Helmo Hernández, director de la Fundación Ludwig, quien calificó la institución como un “espacio de culto de Guillén Landrián”, “pionera en la difusión de su obra” y “baluarte de 30 años contra la censura”.
Sin embargo, al tomar la palabra, Suárez cuestionó la omisión de aspectos biográficos clave sobre la vida del cineasta y mencionó su posible vínculo con el Comité Cubano Pro Derechos Humanos, así como su participación en la Primera Exposición de Arte Disidente, frente a Jalisco Park.
“En el momento en que refería a los presentes el relato de la participación de Landrián (…) Helmo Hernández me detuvo muy descompuesto, acusándome de ser pagada por alguien para introducir una agenda en su espacio”, denunció.
“Casi histérico, se negó a permitir ese tipo de cosas que yo estaba haciendo. La sonidista tumbó los micrófonos. Helmo me quitó el derecho a la palabra”.
Suárez respondió a la interrupción llamando a Hernández “hipócrita” y señalando que actuaba igual que los censores, a pesar de que Landrián había sido víctima de la censura en Cuba. Finalmente, aseguró que fue expulsada del lugar.
Antes de abandonar la sala, cuestionó la actitud del director de la fundación y lo acusó de realizar una “censura ad hominem”, atacándola a ella en lugar de responder con argumentos.
“He escrito esto para dejar constancia de la medianía y la falsedad de ciertas puestas en escena que, desde la Revolución, aparentan democracia”, expresó. Suárez concluyó su denuncia afirmando que el propósito de estos eventos es "vender a los visitantes extranjeros la apariencia de un disenso admitido dentro de la Revolución", cuando en realidad la censura sigue presente.
La periodista aseguró que cuenta con un audio de la discusión, pero que, por el momento, no tiene intención de publicarlo porque "no le gustan los escándalos".
El silenciamiento de la disidencia en la historia de Nicolás Guillén Landrián
En su investigación publicada en Hypermedia Magazine, Yania Suárez argumenta que la recuperación oficial de Nicolás Guillén Landrián ha estado marcada por omisiones estratégicas sobre su biografía, particularmente en lo relacionado con su posible vínculo con el Comité Cubano Pro Derechos Humanos.
Según Suárez, el proceso de “rescate” de la figura del cineasta ha sido dirigido por el ICAIC, la misma institución que lo persiguió y censuró en vida, lo que ha dado lugar a una reinterpretación selectiva de su historia.
Uno de los aspectos más ignorados, según la autora, es su posible participación en el CCPDH, fundado por Ricardo Bofill, un grupo que denunciaba las violaciones de derechos humanos en Cuba y que fue duramente perseguido por el régimen.
Suárez señala que documentos como los informes de America’s Watch y testimonios de exiliados indican que Landrián pudo haber colaborado con este comité en sus últimos años en la isla.
En su artículo, Suárez también destaca que, en 1988, Landrián habría participado en la Primera Exposición de Arte Disidente, organizada por miembros del CCPDH en un apartamento frente a Jalisco Park.
Durante ese evento, no solo se expusieron obras de artistas marginados, sino que también se instalaron micrófonos para denunciar a las víctimas de la represión en Cuba.
Testigos de aquella exposición afirman que Landrián estuvo presente y que su relación con figuras clave de la disidencia, como Adolfo Rivero Caro, sugiere un compromiso mayor con la oposición de lo que la narrativa oficial admite.
La reconstrucción de su biografía dentro de Cuba ha evitado estos aspectos, prefiriendo enmarcarlo como un artista incomprendido y víctima del extremismo de algunos funcionarios, sin abordar su desafío directo al poder.
Para Suárez, esta omisión responde a una estrategia bien definida: suavizar su historia para hacerla compatible con la versión oficial de la Revolución, en la que solo los errores de algunos hombres, y no del sistema en sí, serían los responsables de los abusos cometidos.
En este contexto, la periodista cuestiona la autenticidad del “rescate” de Landrián, afirmando que su legado solo será reivindicado completamente cuando se admita su disidencia y se reconozca la represión que sufrió por desafiar al régimen en vida.
La censura ha sido una constante en la historia del régimen cubano, utilizada sistemáticamente para acallar cualquier voz que cuestione o desafíe la narrativa oficialista.
El cineasta cubano Pavel Giroud denunció en sus redes sociales que la 40 edición del Festival Internacional Jazz Plaza canceló la proyección de su documental “Manteca, mondongo y bacalao con pan” (2009), que estaba programado para el sábado primero de febrero en la cartelera de audiovisuales del evento.
“Al parecer, se arrepintieron de programar mi documental ‘Manteca, mondongo y bacalao con pan’ en el cine 23 y 12 (programa del Festival de Jazz)”, subrayó el cineasta en Facebook.
En enero, el canal estatal Cubavisión anunció a través de su página oficial de Facebook la retirada de la telenovela “Violetas de Agua”, que se transmitía diariamente a las 2:00 p.m.
Según el comunicado, la decisión se debe a "motivos técnicos", aunque el anuncio ha generado especulaciones entre los espectadores, en lo que podría tratarse de otro ejemplo de censura.
Sin embargo, la decisión ha despertado polémica en redes sociales, luego de que se conociera que la telenovela incluía la participación del controversial influencer y opositor al régimen cubano Alexander Otaola.
Pero el tema no es nuevo. La Asamblea de Cineastas Cubanos (ACC) cerró el año 2024 con un contundente llamado a la defensa de la libertad creativa y la denuncia de la censura que afecta al mundo de los audiovisuales.
En un comunicado difundido en su perfil oficial de Facebook, la organización destacó los retos enfrentados por los cineastas independientes y exigió un cambio en las políticas culturales del país.
Preguntas Frecuentes sobre la Censura y la Represión en Cuba
¿Por qué fue expulsada Yania Suárez de la Fundación Ludwig en La Habana?
Yania Suárez fue expulsada de la Fundación Ludwig después de cuestionar la omisión de aspectos biográficos clave sobre Nicolás Guillén Landrián durante un debate sobre su documental. Al señalar el posible vínculo del cineasta con el Comité Cubano Pro Derechos Humanos, el director de la fundación, Helmo Hernández, interrumpió y la acusó de tener una agenda oculta, resultando en su expulsión del evento.
¿Qué aspectos de la biografía de Nicolás Guillén Landrián se omiten en Cuba?
En Cuba, se omiten aspectos importantes de la biografía de Nicolás Guillén Landrián, como su posible vínculo con el Comité Cubano Pro Derechos Humanos y su participación en la Primera Exposición de Arte Disidente. Estos detalles son ignorados para suavizar su historia y hacerla compatible con la narrativa oficial de la Revolución, en la que se culpa a errores individuales en lugar de al sistema.
¿Cómo se manifiesta la censura en eventos culturales en Cuba?
La censura en eventos culturales en Cuba se manifiesta a través de la exclusión de obras y creadores que critican al régimen, la manipulación de la historia en exhibiciones y la represión de voces disidentes. Ejemplos recientes incluyen la cancelación de documentales críticos en festivales y la expulsión de artistas y periodistas de eventos culturales por cuestionar la narrativa oficial.
¿Cuál es la situación actual de la libertad de expresión en Cuba?
La libertad de expresión en Cuba está severamente restringida. El régimen reprime sistemáticamente a periodistas independientes y artistas mediante detenciones arbitrarias, censura de obras y amenazas. Esta represión se ha intensificado con nuevas leyes que criminalizan la recepción de fondos extranjeros y limitan aún más la libertad de expresión.
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