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El régimen cubano, a través de su vocero Humberto López, dejó pistas de cuál será su nueva estrategia para justificar el colapso del sistema eléctrico nacional.
En una reciente publicación en su perfil de Facebook, López informó sobre una próxima emisión del programa Hacemos Cuba, donde se abordarán los "delitos asociados al sistema electroenergético nacional" y su impacto en los esfuerzos por restablecer la estabilidad eléctrica del país.
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Según López, estos delitos "producen una seria afectación a los programas que buscan restablecer la plena vitalidad del sistema eléctrico de la nación".
Para analizar el tema, estarán como invitados Alfredo López Valdés, director nacional de la Unión Eléctrica (UNE); Lourdes Pedroso Parés, fiscal jefa provincial de Mayabeque; y el capitán Roberto Batista Fernández, primer instructor de la Dirección General de Investigación Criminal del ministerio del Interior.
Esta narrativa oficialista busca responsabilizar a actores externos y a delitos específicos por la crisis energética que atraviesa Cuba, desviando la atención de la ineficiencia y falta de inversión en el sistema eléctrico por parte del propio gobierno.
En emisiones anteriores, el presentador y vocero de la Contrainteligencia ha utilizado su espacio televisivo para presentar al régimen totalitario como víctima de estrategias desestabilizadoras de Estados Unidos, blanco de acciones violentas de atentado y sabotaje, y justificar así las acciones represivas de la dictadura.
En dos de sus últimas apariciones, López ha dedicado su programa a amenazar a los excarcelados por el régimen (en virtud del Año Jubileo, según la versión oficial, y como resultado de negociaciones con la administración Biden, según las extraoficiales) con el retorno a prisión si incumplen los “requisitos” de su libertad condicional.
El historial de López de manipulación mediática y ataques directos contra activistas y miembros de la sociedad civil es de sobras conocido. Su nefasto papel en la televisión estatal, donde ha conducido programas en horarios de máxima audiencia dedicados a difamar y desacreditar a opositores al régimen, ha dado lugar a un sentimiento cuasi unánime de repulsa hacia el comunicador.
En marzo de 2021, lanzó amenazas directas contra activistas del 27N y la sociedad civil en general, recordándoles el contenido del Artículo 4 de la Constitución, que proclama "la defensa de la patria socialista" como "el más grande honor y el deber supremo de cada cubano".
Además, ha sido señalado por exponer información privada de activistas en televisión nacional, violando su privacidad y poniendo en riesgo su seguridad. Un ejemplo de ello es el caso de la artista Tania Bruguera, quien en mayo de 2021 respondió a las difamaciones de López y presentó una denuncia por difamación en su contra.
Las protestas de Nuevitas, las del 11 de julio de 2021 (11J), la canción Patria y Vida y su repercusión en la sociedad, las acciones del Movimiento San Isidro (MSI) o de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), la “conversación” de los cubanos en las redes sociales y otras manifestaciones de disenso, protesta y activismo han sido objeto de campañas difamatorias y acusatorias del esbirro mediático del régimen.
Estas acciones forman parte de una estrategia más amplia de intimidación y control social, donde la manipulación mediática y las amenazas directas buscan silenciar cualquier forma de disidencia. López ha sido una pieza clave en esta maquinaria represiva, utilizando su plataforma para imponer el terror y la censura.
La utilización de figuras como Humberto López para justificar las deficiencias del sistema eléctrico y otros problemas estructurales del país refleja la falta de voluntad del régimen para asumir su responsabilidad en la crisis que atraviesa Cuba.
En lugar de abordar las causas reales de estos problemas, se opta por culpar a terceros y reprimir cualquier voz crítica que pueda cuestionar la narrativa oficial.
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