Un cortometraje del realizador cubano Lilo Vilaplana, que ilustra con hondura lo que significa para los jóvenes de la isla zafarse del totalitarismo y dar el salto hacia delante, con un ancho y proceloso mar por medio.
En poco menos de media hora, con ingenio, Vilaplana recrea la atmósfera asfixiante de una vivienda en La Habana cuyas descascaradas paredes representan una geografía permanentemente sitiada. Hay una pareja que debate en el encierro de la estancia su miserable existencia. Ambos sienten que se ahogan si no abandonan pronto una isla que se ha transformado en un barco que zozobra sin avanzar a ninguna parte.
Actores: Reynaldo Miravalles, Susana Pérez, Roberto San Martín, Gilberto Reyes, Ariel Texido y Daniella Macias
Fuente: El Nuevo Herald
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