En un juego emocionante de principio a fin, el segundo de la Serie Mundial de Las Mayores entre Astros de Houston y Dodgers de Los Ángeles, los cubanos Yulieski Gurriel y Yasiel Puig cruzaron miradas y gestos; mucho antes de que el partido se convirtiera en un auténtico festival de jonrones.
Se jugaba la “azotea” del cuarto capítulo, sin out en la pizarra, cuando Gurriel se encontraba en segunda base y Brian McCann en el home plate. Ante un envío del “siniestro” Rich Hill, el máscara de 33 años, ex de los Bravos de Atlanta y New York Yankees, soltó un elevado al righ field, que fue fildeado fácilmente por el guardabosque cienfueguero.
“Caballo Loco”, sabedor de su potente brazo y excelente puntería, exhortó a su coterráneo a salir hacia la tercera, Gurriel amagó, pero pisó el freno y se devolvió al segundo cojín. Tras este espectáculo, las más de 50 mil almas congregadas en el Dodger Stadium murmuraron y disfrutaron del show “made in Cuba”, protagonizado por dos peloteros que son grandes amigos dentro y fuera del terreno.
Ninguno de los presentes conocía que después el panorama iba a cambiar drásticamente y que Marwin González, José Altuve, Carlos Correa, Yasiel Puig, George Springer y Charlie Culberson iban a disparar “regalitos para los fanáticos” en el duelo de Serie Mundial con mayor cantidad de bambinazos en la historia.
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