Tras años de prohibición gubernamental, y tener vedado el acceso al disfrute de una Serie Mundial de Béisbol, ahora los cubanos están viendo los juegos en sus televisores, no en vivo, pero con apenas 24 horas de retraso.
Eso, a pesar de que en ambos equipos que discuten el título hay un cubano "desertor": Yasiel Puig con los Dodgers, y Yulieski Gurriell con los Astros.
El béisbol es el deporte más popular en la Isla regida por el Partido Comunista, pero los fanáticos han tenido problemas para seguir la Serie Mundial en el pasado porque las transmisiones oficiales a menudo evitaban mostrar los juegos con jugadores cubanos que habían desertado. Eso se había vuelto más difícil en los últimos años con tantas estrellas cubanas en los equipos estadounidenses.
"La puerta se está abriendo", dijo José Antonio Pérez, un ingeniero químico, que veía el juego con amigos y familiares en su casa en La Habana.
"Deberíamos poder ver esto en vivo, pero este podría ser el comienzo".
La Habana está envuelta en una disputa diplomática con Washington, luego de que 24 diplomáticos estadounidenses presentaran problemas de salud por presuntos "ataques sónicos" en La Habana.
Este fin de semana, el canciller cubano Bruno Rodríguez anunció cambios en la política del Gobierno cubano hacia sus emigrados durante una conferencia en Washington en el marco del IV Encuentro de Cubanos Residentes en Estados Unidos.
Rodríguez anunció los cabios diciendo: EE.UU cierra y Cuba abre.
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