Las lluvias en Bayamo han provocado una surrealista escena repetida durante los últimos días: ver al equipo Granma de béisbol, actual campeón nacional de la pelota cubana, entrenar en avenidas por donde transitan desvencijados autobuses o coches tirados por caballos.
Ciro Silvino Licea, actual manager de pitcheo y leyenda local del deporte, explica la razón de estos sui géneris entrenamientos de calle: “Es la posibilidad que tenemos, correr en la calle donde no hay fango, porque los terrenos están en malas condiciones”.
Pongamos sus palabras en contexto: el equipo Granma que contra todo pronóstico se coronó campeón en la 56 Serie Nacional, y que en la 57 contra todo pronóstico volvió a vapulear a cuanto favorito se le paró delante… debe entrenar corriendo por la calle porque sus terrenos deportivos son imposibles por estos días de lluvia.
Y a pesar de esto, el entusiasmo conque Granma espera a su rival este sábado para la final del pasatiempo nacional cubano, solo es comparable con el entusiasmo de su propio rival. Las Tunas debuta también en esto de pelear por la corona. Un espectáculo oriental que defraudó a la fanaticada capitalina.
Carlos Martí, mánager de los granmenses y una especie de mártir viviente para una ciudad que lo idolatra, recibió una inesperada sorpresa: la publicación en el diario oficial “Trabajadores” de una carta dirigida personalmente a él, en la que el pueblo beisbolero cubano le agradece su entrega, su talento y su proverbial humildad.
Al otro lado de la división político-administrativa actual, a solo 1 hora de la ciudad de Bayamo, Las Tunas afila sus hachas este viernes para un duelo tan inesperado como feroz por el máximo título del deporte cubano.
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