Miguel Antonio Vargas, el hijo del industrialista Lázaro Vargas, quiere entrar por la puerta ancha en las Grandes Ligas.
El talento y los genes que el joven heredó de su padre, uno de los grandes terceras bases que ha tenido la pelota cubana en todas sus épocas, lo han puesto dentro de la franquicia de uno de los equipos de la MLB, los Angeles Dodgers.
El joven dice poder jugar varias posiciones dentro del infield, y al igual que su padre, se confiesa un excelente bateador para su mano contraria.
El equipo de los Dodgers le ha dado un voto de confianza, tras algunas "decepciones" con el talento cubano - Guerrero, Arruebarruena, Onelkis García - pero confiados en que dada su juventud es un diamante que se puede trabajar.
Miguel Antonio lo sabe y, asesorado por Lázaro Vargas, entrena mañana, tarde y noche con la mirada puesta en su debut con el equipo "blue".
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