
Durante unas dos horas vibraron juntos la artista y el público, en una interacción continua que solo pudo interrumpir el aguacero, bendito por demás tras temperaturas que rebasaban los 32 grados a los que se sumó el calor humano desbordado por la simpatía de la boricua.
Baladas muy conocidas en su voz y piezas más movidas, como "Yo necesito un babalao" y "Bandolero", integraron el repertorio, que compartió con músicos puertorriqueños y santiagueros, así como los populares cubanos Descemer Bueno y el grupo Qva Libre en uno de los números.
Bajo la dirección artística y con los arreglos del maestro Joaquín Betancourt, la artista hizo gala de sus condiciones vocales y de la sensualidad y energía escénicas que le han valido el nombre de Mujer de fuego.
De principio a fin, el espectáculo estuvo matizado por la comunicación con los músicos, bailarines de las coreografías y personas del público, con las cuales se mezcló en algún momento e interpretó fragmentos de canciones.
Fuente:SuenaCubano
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