Calles llenas de piedras, escombros amontonados, muebles destruidos y árboles por el suelo: la estampa de cómo ha quedado Cojímar tras el paso del huracán Irma no puede ser más sobrecogedora.
Los pobladores, que se han dado ya a la tarea de recuperar su ciudad, contemplan resignados y dolidos sus casas y sus pertenencias convertidas en un amasijo amorfo de desechos.
Para muchos recién han comenzado horas difíciles de arduo trabajo, de hacer balance de pérdidas, y de constatar que lo que tantos años les ha costado construir ha sido devastado en minutos por el potente fenómeno climatológico.
“Lo primero es la vida” comenta, sin embargo, sabiamente una de las residentes que tras los vientos y las lluvias ha salido a recorrer su poblado para evaluar la magnitud de los daños.
Inundaciones en el norte de la capital cubana
En la capital cubana, azotada este fin de semana por vientos de tormenta tropical, las penetraciones del mar han dejado zonas de la ciudad inundadas y daños en las viviendas aún no cuantificables. Según testimonios de residentes en la calle Galiano también dos personas perdieron la vida a consecuencia de un derrumbe.
Las olas alcanzaron los 10 metros de altura y el mar penetró cerca de medio kilómetro en algunas zonas al norte de la capital.
Según informaciones provenientes del Estado Mayor de la Defensa Civil las labores de saneamiento de cisternas y sótanos comenzará en cuanto remitan las inundaciones.
Dejar listos los centros educativos que hayan sufrido afectaciones será también tarea prioritaria de la fase de recuperación que ya esté en marcha.
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