Algunos sobrevivientes al ataque de la discoteca gay Pulse, en Orlando, el pasado fin de semana, han destacado que el agresor, Omar Mateen, prometió no disparar a los negros porque ya "habían sufrido suficiente", así lo recoge, entre otros, el diario The New York Times.
Entre sollozos, una joven víctima ha relatado que el asesino, quien había declarado su lealtad al Estado Islámico, dijo a la joven: "No tengo problemas con los negros... Esto es sobre mi país".
La gente gritaba, rogando por sus vidas, mientras el atacante iba y venía disparando. En una de esas, regresó al baño y se quedó ahí con rehenes mientras hacía llamadas al 911 y hablaba con la policía.
Por lo declarado por varios testigos, fue en ese momento, estando en el baño, que dijo esas palabras.
De momento, hay aproximadamente 30 supervivientes hospitalizados ―6 de ellos en estado crítico― que fueron testigos directos de la mayor masacre vivida en Estados Unidos desde los atentados del 11 de Septiembre de 2001.
Los disparos comenzaron alrededor de las 2 de la madrugada, cuando 320 llenaban la sala.
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