Obama ha vuelto a pararse ante el pueblo norteamericano para hablar de armas, de matanzas, de leyes, y de esperanzas.
En sus ya casi ocho años de mandato, a Obama, probablemente, le haya tocado como a nadie enfrentar hechos de esta naturaleza, pero poco ha podido hacer. El fuerte lobby republicano en el Congreso, la fe ciega que en muchos persiste de creer que en este país se puede vivir más seguro si uno porta un arma para defenderse, y por tanto adquirirla - incluso armas de asalto - puede ser hasta relativamente fácil, ha convertido los esfuerzos de una nación entera en polvo.
Súmele a eso, los frecuentes aportes a las campañas políticas. fundamentalmente a republicanos, que efectúa la Asociación Nacional del Rifle Americano, con el fin de garantizar el veto ante cualquier intento de prohibición de ventas de armas.
El auge del ISIS, el descontrol sobre las armas en Estados Unidos, el auge del fundamentalismo islámico y otros hechos más han provocado cada vez más matanzas en ese hermoso país.
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