Llegan en trineo o sobre el lomo de un camello, como una figura solitaria o encarnados en tres soberanos que persiguen una estrella. Los turbantes y el atuendo rojo se mezclan durante este día de Reyes en Cuba. Los niños se despiertan buscando sus regalos y, aunque algunos tendrán suerte, otros tantos postergarán sus sueños por un año más.
"Quiero un tablet", repite desde hace meses Mailan, una escolar de ocho años que escribió la carta para los Reyes Magos desde los primeros días de diciembre. Los reclamos tecnológicos van desplazando a muñecas y juegos manuales, pero el fenómeno más interesante es el retorno de una tradición que por décadas ha sido estigmatizada por el oficialismo.
Desde los últimos días del pasado año, las tiendas con ofertas de juguetes se han llenado de miradas curiosas y largas colas. La mayoría de los compradores busca "algo barato y bonito", según refería este martes una abuela un tanto desilusionada por los altos precios que encontró en su recorrido por varios mercados.
Sin embargo, el principal obstáculo entre la mayoría de los niños cubanos y el añorado regalo que esperan en este día son los altos precios de los juguetes. Una carro que imita un moderno descapotable de lustroso color negro señorea en el centro de la tienda Mi Mundo a un precio de 382 CUC o 9.550 CUP. Alrededor se oyen los llantos de los niños que quieren uno como ese y de las madres que repiten "No, no puedo". Aquí "Magos tendrían que ser los padres, para poder comprar un regalo", sentencia Yadira que ha regresado a casa con un bate de béisbol y una pelota.
Fuente: 14yMedio
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