Era previsible, se sospechaba, se intuía...Durante los dos últimos años, miles de cubanos aceleraron sus planes de llegar a Estados Unidos por alguna vía (muchas de ellas riesgosas), para alcanzar la meta antes de lo que parecía parte inevitable del “deshielo”: el fin de la política de “pies secos, pies mojados”, enmienda de la Ley de Ajuste Cubano, que todavía no está derogada.
Sin embargo, lo que posiblemente pocos intuyeron es que fuera a suceder en estos momentos, a estas alturas, cuando apenas falta una semana para el cambio de poder en la Casa Blanca.
Barack Obama pronunció su discurso de despedida el 10 de enero, y Donald Trump ofreció su primera conferencia de prensa en mucho tiempo, el día 11.
Sin embargo, cuando ya se pensaba que el próximo hecho relevante sería la toma de posesión en sí misma, llega el golpe: el cierre de fronteras para cubanos.
¿Por qué ahora? Se preguntan muchos, las causas pueden ser muchas y los hilos de la política tan insondables como el mayor de los misterios. Incluso en este vídeo uno de los entrevistados afirma que puede que haya parte de ¿venganza? en Obama porque los demócratas perdieron el voto en Florida.
¿Qué hará Trump? ¿Por qué él ni su equipo de transición se han pronunciado sobre lo sucedido ayer?
En todo caso, sin importar las causas (porque no sirve como consuelo ante las consecuencias), lo realmente dramático ahora son las personas que han quedado varadas en el mismísimo paso fronterizo o las que han quedado a mitad de camino, en algún lugar, sin poder llegar ni tan siquiera a México.
Es triste y da pena, ¿debiera inspirarla a todos los cubanos? Tal vez, aunque sabido es que no es así. Muchos cubanos se alegran de lo sucedido ayer y podrán argumentar sus motivos, respetables todos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que quienes han quedado suspendidos en medio de la nada... son personas que, en muchos casos, han dado pasos irreversibles para migrar, y que ahora se encuentran en un limbo, sin saber qué hacer, y con grandes posibilidades de tener que regresar a Cuba.
Es tan dramático, que no es de fácil respuesta incluso el dilema sobre quiénes tienen más derechos ahora mismo a una concesión final, a un estado de excepción para entrar a EE.UU.:
-¿los que han quedado en los puestos fronterizos por haber llegado media hora o una hora después del cierre?
-¿los que ya venían en un autobús rumbo a Laredo o algún otro punto de frontera?
-¿los que reclaman ayuda desde Panamá porque están allí desde hace meses (mucho antes del cambio de política migratoria anunciado ayer)?
Respuesta complicada. Incluso puede darse el peor caso de todos, esperemos que no, el de balseros que arriben a tierra mañana o pasado mañana, y se enteren de que, aunque hayan tocado tierra, serán deportados.
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