El escándalo de la carne adulterada en Brasil ha provocado que varios países suspendan las compras de carne de vacuno brasileña.
Se trata de China, la Unión Europea, Corea del Sur y Chile, aunque el principal problema se traslada de puertas adentro porque el 80% de la carne producida en el país carioca es consumida por el mercado interno.
Tras desvelarse el presunto soborno a funcionarios sanitarios para permitir la venta del producto en mal estado, el 65 por ciento de la población brasileña se muestra dispuesta a dejar de lado el churrasco.
La policía de Brasil, por su parte, intervino algunas plantas frigoríficas para verificar si algunas empresas estaban pagando a trabajadores estatales para tapar malas condiciones sanitarias.
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