El líder opositor al gobierno de Paraguay por el Partido Liberal, Rodrigo Quintanilla, de 25 años de edad, falleció el pasado sábado luego de que la policía irrumpiera en la sede de esa organización política y le dispararan una bala de goma en la cabeza.
El hecho, que se enmarca en una ola de disturbios por la que atraviesa el país suramericano, fue grabado en un video que muestra el caos de una multitud corriendo para esconderse de las propias autoridades. En las imágenes captadas se puede apreciar cómo el oficial de la policía pasa por al lado del joven y le pisa la espalda para constatar si está vivo.
Sobre el suceso, el presidente paraguayo, Horacio Cartes, declaró que “este horrendo episodio no quedará impune”. Según medios locales, el Partido Liberal de Paraguay ha remarcado que la Policía entró en el edificio “de forma bárbara” y culpa al presidente de los hechos. La noche del asesinato de Quintanilla cerró además con 30 heridos y 221 detenidos.
La raíz del hecho se dio el pasado viernes, cuando varios manifestantes tomaron las calles de la capital, Asunción, después de que 25 de 45 senadores del país se reunieran en secreto para aprobar una modificación de la Constitución. Dicha enmienda unilateral busca permitir que el actual dirigente del país se presente como candidato para reelección.
La medida enfureció a miles de paraguayos, que prendieron fuego al Congreso a gritos de “dictadura” y “fuera Cartes”. La Fiscalía confirmó el mismo sábado la detención del agente policial que disparó a Quintanilla. El sujeto fue identificado como el suboficial Arnaldo Andrés Báez, según dio a conocer la fiscal María Raquel Fernández a la televisión nacional.
Desde el viernes, la Policía ha negado toda implicación en el asesinato, por lo que la filtración daría un giro radical al suceso. Igualmente, varios testigos declararon oficialmente al diario nacional ABC que los agentes entraron al recinto con la intención de capturar al presidente del Partido Liberal, Efraín Alegre.
Según las declaraciones de los interrogados, la policía mantuvo amenazados a los presentes con pistolas apuntando directamente a la cabeza, mientras Rodrigo agonizaba en el suelo sin recibir auxilio médico.
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