Los 59 misiles Tomahawk que lanzó Estados Unidos sobre la base aérea de Shayrat, tras el ataque con armas químicas atribuido al gobierno de Bashar Al Assad, dejaron este espacio militar en estado de devastación.
Un total de seis aviones MiG-23 que estaban pendientes de reparar, una estación de radiolocalización y un almacén de equipo material sufrieron los principales daños.
Asimismo, según las últimas informaciones del corresponsal ruso Evgeny Poddubny, las pistas de aterrizaje y despegue están arruinadas.
Las imágenes muestran los hangares del aeródromo Shayrat con múltiples daños debido al impacto de los proyectiles lanzados desde dos destructores en el Mar Mediterráneo.
La decisión del Pentágono se llevó a cabo después del ataque con gas sarín que acabó con la vida de, al menos, 86 personas sirias. Entre las víctimas se encontraban 30 niños y 20 mujeres.
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