SAN ANTONIO DEL TÁCHIRA, Venezuela, 25 jul (Reuters) - Miles de venezolanos se dirigían ayer martes a través de la frontera terrestre hacia Colombia, en medio de la precaria situación económica del país petrolero y de la agudización de la crisis política por las violentas protestas contra la Asamblea Constituyente impulsada por el Gobierno.
Una serpenteante y multitudinaria fila de personas aguardaba para transitar el paso en San Antonio, en el occidente del país, que opositores sostienen que ha aumentado en los últimos días ante el temor a un anunciado cambio a la Constitución promovido por el presidente socialista Nicolás Maduro.
Unos 25.000 venezolanos cruzan diariamente la frontera para ir a Colombia, según cifras oficiales, pero unos 3.000 no han regresado en los últimos días.
"Me siento sumamente triste y es increíble que llevo toda mi vida solamente en dos maletas", dijo a Reuters, con la voz entrecortada, Neida Contreras, quien cruzaba junto con su esposo y dos hijos el puente que divide los países vecinos.
"Lo hago por mis hijos, porque mis hijos no tienen futuro en Venezuela, no tienen nada en Venezuela", agregó mientras cargaba bolsas y maletas con intención de llegar finalmente a Panamá.
Ante la dificultad de acceder a pasajes aéreos, muchos venezolanos optan por salir por vía terrestre a través de Colombia para finalmente asentarse en otros países como Ecuador, Panamá y Chile.
"¿Quién se va a querer ir de su tierra donde nació? Pero si aquí no se puede, hay que buscar nuevos horizontes", admitió Eva Uribarri, profesional bilingüe y graduada de postgrado con intenciones de radicarse en Bogotá.
La fuerte escasez de alimentos y una galopante inflación ha impulsado a miles de venezolanos a abandonar el país en los últimos años.
Mientras la oposición acusa a Maduro de convertir a Venezuela en una dictadura y destruir su economía, el mandatario sostiene que sus adversarios son "terroristas" que buscan derrocarlo, con el apoyo de Estados Unidos.
(Reporte de Reuters Televisión. Escrito por Fabián Andrés Cambero; Editado por Ricardo Figueroa)
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