La calle donde se ubica la embajada de Colombia en La Habana, en el barrio de Miramar, es desde hace meses un hervidero de personas. Cientos de cubanos que ansían viajar a los Estados Unidos para reunirse con sus familias, tienen que acudir allí para solicitar visas que les permitan subir a un avión con destino a Bogotá, donde deberán permanecer dos o tres semanas.
Al calor imponente de la espera se agregan el papeleo adicional y los altos costos antes de lograr ir a las entrevistas en la embajada de Estados Unidos en la capital colombiana.
Los nuevos trámites burocráticos empezaron después de que la administración del presidente Donald Trump anunciara en septiembre pasado un recorte del 60% en el personal de embajada en La Habana y detuviera temporalmente el proceso de las visas. Unas semanas más tarde anunció que procesaría las solicitudes de reunificación familiar cubanas en su sede diplomática de Bogotá.
Manuel Núñez es un cubanoamericano preocupado por el proceso. Voló a La Habana para ayudar a sus parientes con el papeleo y asegura que está decepcionado con la forma en que estaban siendo tratados.
“Aquí te maltratan. Están tratando mal a la gente, que está de pie y desesperada. Al menos deberían tratarlas con un poco de dignidad. La montaña de papeles que piden es aterradora. Ellos están haciendo el viaje a Colombia casi imposible”, dijo.
Los costos del proceso adicional son prohibitivos y casi siempre son soportados por los parientes estadounidenses.
Dado que el salario promedio del estado en Cuba es de 30 dólares al mes, las personas que esperan fuera de la embajada afirman que el requerimiento de al menos 2.000 dólares en una cuenta bancaria para la visa colombiana es oneroso. A eso hay que sumar alrededor de 170 dólares para la visa colombiana, además de vuelos a Bogotá y estadías en hoteles de varias semanas, con el riesgo de que todo sea una pérdida de tiempo si los Estados Unidos les niegan el estatus de inmigrante.
Pedro Rabelo Lagos señala en este video que ha intentado muchas veces ver a su hija adulta y falló, pero tiene fe en que eventualmente llegará a verla de nuevo.
“Hemos fracasado en ocho ocasiones (para obtener visa para visitar a la familia en los Estados Unidos).... Mi hija se casó y emigró a los Estados Unidos, no por un problema político, sino por un problema familiar. La hemos seguido su hermano, su madre… y a mí me han negado la visa durante 22 años, pero bueno, ahora vamos a ver la miel, después de un poco de sacrificio”, dijo.
Los Estados Unidos tienen un acuerdo con Cuba para emitir 20.000 visas al año a los cubanos que buscan emigrar a este país, según acordaron después del éxodo de 1994, y así evitar que se lanzaran al mar ilegalmente en barcos improvisados.
El país emitió más de 800 visas mensuales de inmigrante a los cubanos desde marzo a agosto del año pasado, según muestran los datos del Departamento de Estado, pero sólo 168 en septiembre, 16 en octubre y 196 en noviembre, a raíz de la reducción del personal de su embajada de La Habana.
Las autoridades colombianas dijeron que estaban haciendo todo lo posible para ayudar a las familias cubanas y hasta ahora no habían rechazado una sola solicitud de visado de los cubanos con entrevistas en la embajada de Estados Unidos en Bogotá.
Pero Lenia Roque apunta que cada vez que pasa por ahí, le exigen más papeleo y su marido, Sajarevich Prieto, está preocupado por su viaje a Colombia por sí misma.
Después de que decenas de diplomáticos estadounidenses y canadienses y sus familias sufrieran unos supuestos ataques acústicos, la Administración Trump anunció que no tenía más remedio que reducir el personal en La Habana. Desde entonces, los cubanos tienen que viajar a Colombia.
Cuba ha negado cualquier implicación en los ataques acústicos. Estados Unidos deberá revisar su posición en marzo próximo.
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