Salim Younes colocó una cámara oculta dentro de un reloj despertador para comprobar si era verdad lo que su padre, Hussein Younes, le contaba: que estaba siendo maltratado en el hogar de ancianos donde se recuperaba de una cirugía. Ocurrió en 2015 en la residencia Autumnwood, de Livonia, en Michigan. Tras ver lo que ocurría allí con su padre, lo sacó de ese lugar, según informa hometownelife.com.
Dos días después de colocar la cámara oculta, Salim revisó la grabación y vio cómo su padre, un libanés que emigró en los años 90 a los Estados Unidos, no sólo era ignorado cuando pedía ayuda, sino que además era tratado con desdén, era objeto de insultos racistas e incluso maltratado cuando lo acostaban en la cama o cuando se quejaba en su silla de ruedas. De hecho, el hombre tenía hematomas y había perdido peso desde su internamiento en este asilo.
En el vídeo de unos cuatro minutos de duración, se ve a una trabajadora corpulenta tirar con fuerza a Hussein, de 89 años, a la cama y no atender las quejas del anciano.
La residencia hizo hasta lo imposible para que las imágenes grabadas por el hijo de Hussein no vieran la luz, por eso se han hecho públicas ahora, tres años después y en medio de la batalla judicial que mantienen con esta familia. Las trabajadoras que salen en el vídeo fueron despedidas.
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