Las autoridades tailandesas difundieron ayer miércoles las primeras imágenes de los doce niños rescatados tras varios días atrapados junto su entrenador en la cueva de Tham Luang.
Los pequeños se encuentran bien de salud, aunque todavía están en cuarentena y permanecerán internados al menos una semana.
Su sistema inmunológico se encuentra tan debilitado tras haber pasado nueve días sin comer y 17 en la cueva, que los médicos temen que cualquier contacto con el exterior pueda contagiarles alguna enfermedad.
Sus padres, de momento, solo pueden verlos a través de un cristal de la habitación donde se encuentran recluidos en el hospital de Chiang Rai, a unos 60 kilómetros de la cueva.
"No sabemos si ha sido un milagro, la ciencia o qué. Los 13 jabalíes están fuera de la cueva", escribían los buzos militares tailandeses en su página de Facebook, tras concluir las tareas de rescate.
Los ocho primeros niños que fueron sacados de la cueva ya se encuentran más fuertes. Medios de prensa destacan que, según los responsables del hospital, los menores han estado pidiendo mucha comida. Primero los sometieron a una dieta blanda aunque ya han pasado a la alimentación sólida.
Como era de imaginar, por recomendaciones médicas no podrán asistir a la final del Mundial de Fútbol, pese a la invitación que había cursado el presidente de la FIFA para los pequeños y su entrenador.
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