Cuatro miembros de la banda rusa de punk feminista “Pussy Riot” irrumpieron el campo durante la segunda mitad de la final del Mundial de Rusia en un esfuerzo por "detener los arrestos ilegales" de opositores y exigir al presidente Vladimimr Putin la "libertad de todos los presos políticos".
En un acto que recordó a los protagonizados en Cuba por el movimiento femenino Damas de Blanco, las mujeres que ingresaron sorpresivamente en la disputa de Francia y Croacia fueron arrastradas hasta la salida por miembros de la seguridad del evento deportivo. En el performance de protesta también participó un hombre.
Las Pussy Riot, que ya han enfrentado la represión del gobierno ruso en años anteriores, ingresaron al campo con uniformes de la policía rusa a la antigua usanza, causando un retraso de un minuto en el partido. Una de las manifestantes logró saludar con una palmada al delantero francés Kylian Mbappe.
"Hace apenas unos minutos cuatro miembros de Pussy Riot se presentaron en el partido final de la Copa Mundial de la FIFA: con el performance 'El policía entra al juego'", escribió el colectivo en Twitter.
El grupo opositor recordó que hoy se cumplen 11 años de la muerte del poeta disidente ruso Dmitriy Prigov, quien fue enviado a un hospital siquiátrico durante la era soviética.
Pussy Riot proporcionó una "lista de demandas" tras la protesta, que incluyó una mayor competencia política en Rusia, la liberación de presos políticos en el país y no más detenciones en los mítines opositores.
En 2012, durante un concierto contra Putin en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, tres jóvenes mujeres de la banda fueron arrestadas y acusadas de vandalismo con una sanción de dos años de cárcel.
Las integrantes del grupo, todas profesionales o estudiantes universitarias en su momento, atrayeron una considerable simpatía tanto en Rusia como en el exterior, debido a las denuncias de malos tratos mientras estaban bajo custodia.
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