Andrew Johnson, un estudiante de enseñanza media residente en New Jersey, se vio obligado la pasada semana a cortarse las rastas durante una competición escolar de lucha grecorromana, debido a una exigencia del árbitro.
En el vídeo que capta la escena ―que se ha hecho viral en las redes sociales― se aprecia cómo una mujer le corta las rastas al menor con unas tijeras.
Alan Maloney, el árbitro, argumentó ante el estudiante que tanto su pelo como su protección violaban las normas de la competición.
El periodista que dio a conocer el vídeo, Mike Frankel, informó que en un principio los entrenadores del menor se negaron durante un rato a ceder a la petición, hasta que el árbitro dijo que en caso de continuarse negando, daría el combate por perdido.
El adolescente accedió a cortarse el pelo y, pese a que acabó ganando el combate, acabó visiblemente afectado. Se marchó cabizbajo mientras recibía muestras de ánimo de sus compañeros.
Medios de prensa destacan que el hecho ha abierto la discusión sobre si se trató de un acto de racismo, ya que la Federación Nacional de Asociaciones Estatales de Escuelas Secundaria establece que "el cabello trenzado que no es abrasivo", lo que supondría que la decisión del juez fue antirreglamentaria.
La Asociación de Deportes Interescolares del Estado de New Jersey, por su parte, abrió una investigación por lo sucedido y enviará un informe a la División de Derechos Civiles de ese estado. Además, recomendó que el árbitro Maloney sea separado de sus funciones mientras tanto.
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