Con problemas de iluminación, sin guantes, suero, ni jeringuillas, trabajan a diario los profesionales sanitarios del hospital materno infantil de Caracas, el principal de la ciudad, según denunció en un reportaje la Cadena Ser.
La escasez no solo llega a los medicamentos, sino que también afecta al personal médico. "Solo tenemos anestesistas los lunes y viernes, el resto de la semana no contamos con ellos", denunció una trabajadora del centro.
"No tenemos ni compresas. En estos momentos no tenemos ni con que atender un simple parto", añadió.
Esta es la cruda realidad que refleja la crisis que sufre el país, inmerso en un periodo de inestabilidad político y social después que Maduro juró su segundo mandato el pasado 10 de enero.
La falta de insumos para atender a los pacientes en buenas condiciones es alarmante. El material es escaso y obsoleto, ya que las camas están rotas y muchas luces averiadas.
El citado medio también denunció las dificultades para reportar esta situación y explicó que hay efectivos de los "colectivos populares" que se hacen pasar por médicos para evitar que los periodistas sean informados de lo que sucede.
El pasado 14 de enero la diputada venezolana de la Asamblea Nacional, Milagros Paz, dijo que el 72% de las plantas eléctricas de Venezuela no están operativas o están dañadas y semanalmente se va la luz al menos 90 horas en los hospitales del país.
El país está inmerso en una crisis económica sin precedentes, con una hiperinflación y una recesión que han expulsado a tres millones de ciudadanos agobiados por la falta de alimentos y medicinas.
El gobierno dice que los males son producto de una "guerra económica" fraguada por la derecha local y apoyada por Estados Unidos.
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