El joven cubano Carlos Antonio Fernández, residente en Boquerón (Caimanera, Guantánamo) ha explicado a Cubanet cómo una dura experiencia vivida en una cárcel en Cuba acabó convirtiéndolo en defensor de los derechos humanos.
Carlos Antonio vive en la localidad Mártires de la Frontera, el asentamiento poblacional más próximo a la Base norteamericana, y en el año 2012 fue condenado a 5 años y 6 meses de prisión bajo la acusación de "intento de salida ilegal".
La condena vino a raíz de la declaración de un colaborador de la seguridad del estado que dijo que él quería abandonar el país a través de la Base Naval.
Como existía en aquellos años el antecedente de otras personas que lo habían hecho, Carlos Antonio Fernández relata que quisieron “ser ejemplarizantes” con él, y sin pruebas reales de delito lo llevaron a la cárcel.
En prisión pudo constatar el maltrato que se vive en las cárceles cubanas, y la experiencia vivida allí lo convirtió en defensor de los derechos humanos. “Hoy por hoy yo soy defensor de los derechos humanos”, asegura.
Tras su salida de la cárcel, ha sido llamado y advertido en varias ocasiones por la Seguridad del Estado, que le dice que en esa reducida comunidad nunca antes se había visto que nadie estuviera en contra del Gobierno cubano.
Explica que la situación de Boquerones es crítica, que no hay comida y que no los dejan ni pescar.
“La juventud no tiene ningún beneficio” y por eso optan por irse, asegura, sabe que su libertad peligra por manifestarse en contra del Gobierno, pero no le importa.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: