La escasez de alimentos básicos en Cuba ―devenida drama de alcance nacional en los últimos meses― lleva implícito otro viejo mal, ahora agravado: los bajos salarios.
Ya no es solo la escasez de alimentos que obliga a armarse de paciencia y soportar inmensas colas, sino además el simple hecho de tener dinero para comprarlos.
Así lo ratifican los entrevistados en este reportaje de UNPACU para Radio Televisión Martí, que responden a la pregunta de si sus salarios les alcanza para alimentarse, vestirse y calzarse. El drama alimentario es tal que, pese a estar involucrados ropa y zapatos en la pregunta, los cubanos tienden a responder principalmente sobra la comida.
“No alcanza ni para empezar porque son muchas las cosas que uno tiene que pagar”, responde una de las entrevistadas. En esa misma cuerda se manifiesta otra señora, que señala que el salario que paga el Estado “ni para comer nos da”.
“La canasta básica no alcanza y de ahí en fuera todo es caro”, precisa un señor que cobra 217 pesos mensuales por una chequera de servicios sociales. Él mismo añade que si come carne dos veces al mes, lo que le queda del salario es casi nada, "una basura".
Los entrevistados no encuentran cambios positivos luego de haberse votado la nueva Constitución, que ha entrado en vigor en el pasado mes de abril.
Aunque la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) cifra en 767 pesos en moneda nacional el salario medio en la Isla, en la práctica, un gran porcentaje de cubanos se encuentra por debajo de ese monto, que además, tampoco alcanzaría, teniendo en cuenta los elevadísimos precios de los productos básicos y el añadido de la doble moneda, otro viejo problema sin solución a la vista.
Lo cierto es que cada semana desde las redes sociales aumentan los testimonios directos que dan fe del modo en que se encarece la vida para los cubanos no solo en dinero, sino también en esfuerzo para obtener todo lo necesario para su alimentación.
Según declaraciones de un activista al citado medios, los precios de la carne de cerdo están entre 32 y 40 pesos en Santiago de Cuba, mientras que en La Habana ese precio sube hasta los 75 pesos, según se ha venido reiterando en los últimos meses.
Los altos precios de la carne de cerdo en los mercados cubanos siguen perjudicando a la población, que muchas veces no puede acceder a ella, en medio de una profunda escasez general de alimentos que ha limitado progresivamente la oferta.
En el caso de los elevados precios de la carne, recientemente el noticiero de la televisión se refirió al tema, del que dijo que la inestabilidad en la importación del pienso había provocado que la producción bajara en 50 mil toneladas en relación con el año anterior.
En febrero pasado el ministro de Economía cubano, Alejandro Gil Fernández, reconoció que el país atravesaba una “tensión financiera” que afectaba la obtención tanto de carne de cerdo como de pollo, por falta de dinero para importar comida para los animales.
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