En el municipio Rafael Freire, en Holguín, los damnificados de Irma esperan a que el gobierno les ayude con la reparación o construcción de sus viviendas. Muchos de ellos viven, después de dos años del paso del fenómeno meteorológico, en condiciones precarias.
Un vídeo publicado por Cubanet recopila diferentes testimonios de damnificados que han visto demorada la respuesta del gobierno de la Isla.
Esmérida Cobas cobra una pensión de 242 pesos y tiene una hija con síndrome de Down que limpia pisos para ayudar a su madre e incrementar los ingresos económicos de la familia.
"Todo es mentira y venga más mentiras", dijo con resignación esta mujer cubana.
Ante la desesperación algunos han decidido acudir directamente a las autoridades del país para hacerles saber su situación. Este es el caso de Faustino López, excombatiente de Angola, a quien el huracán Irma le llevó la casa y asegura estar viviendo en casa de una vecina.
“He ido a todas las instituciones del municipio y ninguno resuelve nada. Ahora estoy esperando una respuesta de Díaz-Canel y no me interesa lo que pase” dice.
Por su parte Lázara Infante, miembro del cuerpo operativo de guarda fronteras, pide que le “den una vivienda de las que están haciendo en Freire”, que ella sin problemas la paga. Asegura ser una mujer revolucionaria pero que esta revolución no leayuda.
Cocinas de madera, paredes de cartón, ventanas casi en el aire o pedazos de concreto reventados por el paso de los años son las condiciones en las que viven estos hombres y mujeres luego de que el huracán Irma les destruyera sus viviendas. Han pasado dos años y los suyos no son casos aislados.
El fenómeno meteorológico azotó Cuba en 2017 y la provincia de Holguín fue uno de los territorios más afectados.
En otras provincias del país diferentes casos de damnificados esperan también alguna respuesta institucional.
Aunque el país ha entregado petrocasas en provincias como Villa Clara, las autoridades de este mismo territorio han reconocido que pudieran demorarse hasta tres años en recuperar la totalidad de viviendas y edificios afectados.
En Las Tunas se notificó en una reunión, a la que asistió Díaz-Canel, que faltaban por recibir respuesta más de 8 mil casos de viviendas dañadas.
Uno de los ejemplos más reciente de la falta de respuesta gubernamental es el caso de Gudelia, una anciana de 77 años en la provincia de Sancti Spíritus, quien perdió el techo de su casa y el Estado cubano aún no le ha suministrado los materiales que necesita.
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