Desde hace diez días, los vecinos del barrio Jesús María, en La Habana Vieja, viven entre las aguas albañales que han inundado el lugar.
Gracias a Esteban Rodríguez, un vecino de la zona que fungió como fuente, nuestro medio pudo tener fotos y videos que confirman el estado en que se encuentran viviendo decenas de personas y las autoridades no han hecho nada por resolver la situación.
Según Rodríguez, las inundaciones se deben a unos arreglos que ha estado realizando Aguas de La Habana en otros lugares de la capital, pero que ha repercutido en Jesús María. No obstante, como se trata de un barrio marginal, poco caso hacen los encargados.
Incluso en la cuadra que se encuentra inundada hay un mercado al que los habitantes se les está haciendo imposible llegar por el agua, que además tiene un olor muy fuerte.
Los vecinos se han quejado tanto con el delegado de la circunscripción como con Aguas de La Habana, pero nadie suele responder y más que responder, disponerse a resolver la problemática.
Rodríguez declaró que solo les responden que "están trabajando en ello, que debido a las tupiciones del alcantarillado el drenaje es muy lento".
"Esta zona es muy proclive a inundaciones por el mal trabajo del Gobierno. Según un vecino, hace años lo que se les ocurrió fue decir que debían permanecer en sus casas porque estas aguas traen muchas bacterias", afirmó la fuente.
La frecuencia con que están teniendo lugar las inundaciones es cada vez mayor. "Arreglan el problema del Casco histórico y que se perjudiquen las personas de Jesús María", reclamó Rodríguez.
No es la primera vez que las autoridades no responden adecuadamente a un tema como este en el país. Hace unos meses, el cubano Yordanis Chávez Roll denunció el estado de la zanjas en la provincia Santiago de Cuba.
En las imágenes compartidas pudo verse cómo las aguas albañales rodeban a los repartos de Portuondo Zamorana y 30 de Noviembre en la provincia oriental.
Asimismo, hace un tiempo los habitantes de la avenida 66, entre 37 y 39, cerca del Paseo del Prado, en la ciudad de Cienfuegos, convivieron con un salidero de aguas albañales cuyo hedor les hizo la vida insoportable.
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