Un grupo de 30 migrantes de Centroamérica y Venezuela cruzaron el río Bravo, muchos de ellos con niños de diversas edades, y en medio de un gran peligro por las corrientes del río.
Luego de haber estado esperando entre 3 y 5 meses en Matamoros (Tamaulipas) decidieron que no podían seguir aguardando más y que cruzarían.
“El río es fuerte pero ahorita no está tan fuerte. Todos vamos a pasar caminando”, declaró una migrante a Univision, y precisó que tomaban ese decisión “con dolor” porque no hubieran querido que fuera así.
Aunque un grupo inicial de cien personas intentó evadir al ejército mexicano, solo 30 consiguieron avanzar hacia el río y cruzarlo.
Las imágenes difundidas por el citado medio indican el nivel de peligro que implica el cruce del río, sometido a grandes corrientes y muy profundo en algunas zonas.
Algunos de los migrantes debieron prestar ayuda a otros que se alejaban del grupo arrastrados por la corriente. Especialmente conmovedoran es la imagen de un niño cargado por su padre, que lloraba porque veía cómo su madre se alejaba de ellos.
Una vez que arribaron a territorio norteamericano, los migrantes fueron arrestados por patrullas fronterizas.
La parte del grupo que no consiguió cruzar el río Bravo en esta ocasión, han dicho que volverá a intentarlo porque consideran que esa es la única forma de arribar a Estados Unidos.
A finales de junio, la sobrecogedora imagen de un salvadoreño y su hija de dos años ahogados en el río Bravo, en la frontera entre México y Estados Unidos, fue el reflejo de la desesperación de los migrantes que buscan obtener asilo en ese país, y de los peligros a que enfrentan en sus aspiraciones.
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