El entrenador de pitcheo Rogelio García, quien lleva las últimas dos décadas entrenando a lanzadores de la isla, ofreció declaraciones a Swing Completo sobre los que considera son los principales problemas que enfrenta el béisbol cubano.
“Creo que tenemos que darle solución al problema que tenemos con el pitcheo -dijo- calidad hay, y tenemos pitcher, lo que estamos equivocados” aseveró García, quien agregó que en Cuba no existen lanzadores de 90 millas, como muchos aseguran, pero que tampoco hacen falta.
“Mejorar el control y que técnicamente ellos mejoren, olvidarnos de tanta velocidad” es para el deportista la mejor solución.
También se quejó de que muchos entrenadores no exigen que los lanzadores dominen otra zona que no sea en L. “Eso lo viví yo en carne propia” aseguró.
También aseguró que si los lanzadores cubanos realizaran pitcheo en vivo en práctica podrían llegar a dominar mucho mejor la zona pegada, uno de los problemas que enfrenta hoy el deporte nacional.
De Víctor Mesa, con quien trabajó mientras dirigió el equipo de Matanzas por cuatro años, dijo que es “uno de los grandes directores de equipo” que tiene hoy Cuba.
“Tiene sus cosas pero lo que quería era que el pelotero hiciera lo que él hacia en su época”, señaló.
Criticó también a la Federación Cubana de Béisbol con las transformaciones que ha introducido en la temporada de beisbol. Las clasificó de “inventos” y dijo no estar muy de acuerdo con ellas.
De los Juegos Panamericanos, donde el equipo de béisbol de Cuba salió derrotado, dijo “que no había confianza en los lanzadores que fueron al torneo”. También aseguró que "el pitcheo es demasiado joven para ese tipo de torneo" y que “tenían que haber fogueado a otros que tienen calidad”.
Acusó a los entrenadores de ser los mayores responsables de este problema que hoy vive la pelota cubana, porque “no se unifica la preparación, ni técnica ni física”, por tanto considera que existen 16 métodos diferentes de entrenar, uno por cada equipo en competición.
Para muchos expertos el béisbol cubano está en una crisis. La solución no parece verse en el camino y lo que antes era motivo de orgullo nacional hoy es causa de una defraudación total en aquellos que han visto, con los años, cómo se marchita la pelota cubana.
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