Un pueblo que desconfía del gobierno, promesas de cambio sin cumplir, una oposición cada vez más creciente y una economía en ruinas, es la herencia que recibe Miguel Díaz-Canel a su llegada a la presidencia, la cual se oficializó este jueves en La Habana.
Para unos es más de lo mismo. Para otros, una oportunidad real de cambio para Cuba. El propio Díaz-Canel ha anunciado que "cambiará todo lo que deba ser cambiado", aunque como lo dicta la Constitución, las decisiones más trascendentales para el país seguirán estando en manos del Partido Comunista de Cuba, encabezado por Raúl Castro. Entonces, ¿habrá cambio o no?
Un grupo de cubanos entrevistados por Cubanet en la Isla, ha dicho que esperan algún cambio con el actual presidente. A pesar del cansancio y la incredulidad, algunos albergan esperanza: "Espero que haya cambios porque nosotros tenemos que estar acorde con el mundo".
Otros, simplemente creen que Cuba ya no puede ir a peor: "Yo pienso que haya cambios porque estamos mal en muchas cosas. Son pocas las personas que cobran 500 pesos y ¿cuánto vale un paquete de pollo, un par de zapatos, un pullover? Estamos esperando hace mucho tiempo un cambio, espero que él lo haga".
Díaz-Canel tiene muchos desafíos por delante y la apatía social puede que sea de sus más grandes retos, por eso reclamó para su Gobierno "el apoyo decisivo del pueblo cubano". Entre sus promesas está, además de cambiar todo lo que necesite cambio, evitar "improvisaciones que irriten a la población", promesas que se contradicen puesto que Cuba y los cubanos, necesitan cambios radicales e inmediatos.
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