- 1 mazo de habichuelas tiernas
- 1 cebolla blanca
- 1 tomate de ensalada grande
- 1 limón
- Aceite de girasol o de oliva
- Sal, pimienta y hierbas aromáticas a su gusto
Corte las puntas de las habichuelas y deséchelas. Luego corte el mazo en trozos de igual tamaño, a su gusto. Lávelas con agua fresca y escúrralas.
En una cazuela ponga agua con sal a hervir. Cuando esté en ebullición añada las habichuelas y déjelas cocinar hasta que adquieran un color verde brillante. Sáquelas del agua caliente y enjúguelas con agua fría, para cortar el proceso de cocción y que se mantengan al dente. Escúrralas y resérvelas.
Corte el tomate en dados y aproveche todo el jugo para la ensalada. Pique también la cebolla en brunoise.
En un recipiente hondo mezcle los ingredientes y alíñelos con el jugo de limón. Salpimiente y añada alguna hierba aromática de su agrado, por ejemplo, albahaca o romero.
Sírvala fresca. Aportará color, vitaminas, minerales y un sabor cubano a su mesa. ¡Buen apetito!!