- 300 gramos de garbanzos crudos
- Una hoja de laurel
- Una cebolla mediana
- 2 dientes de ajo
- 2 tomates
- 2 chorizos cortados en ruedas finas
- 200 gramos de bacón cortado en dados pequeños
- Pimentón dulce
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra
Primera parte:
Ponga los garbanzos en remojo la noche anterior (o unas 12 horas antes). Escúrralos y páselos a una olla con agua, sal y la hoja de laurel. Déjelos cocer a fuego medio hasta que estén tiernos, aproximadamente 2 horas en cazuela o 45 minutos en la olla de presión. El tiempo depende del tipo de garbanzos. Evite que se deshagan, deben quedar blandos, pero no demasiado.
Una vez los garbanzos están blandos, escúrralos y resérvelos.
Segunda parte.
Corte la cebolla en juliana muy fina y machaque los ajos. Corte el chorizo y el bacón en trozos pequeños. Ponga a calentar un poco de aceite en una cazuela amplia. Eche a dorar las cebollas y el ajo. Cuando la cebolla cambia de color y se vuelve transparente incorpore el bacón y el chorizo. Remueva bien todo con una cuchara de madera.
Cuando el chorizo y el bacón han desprendido bastante grasa, eche los tomates cortados, remueva bien y deje cocinar a fuego medio unos minutos hasta que el tomate se deshaga y forme una salsa. Algunas personas agregan en este momento una pizca de azúcar para equilibrar la acidez del tomate.
Eche los garbanzos a la sartén y mézclelos bien. Polvoree pimentón a su gusto y corrija el punto de sal. Deje cocinar a fuego lento durante unos 5 minutos más, removiendo cada cierto tiempo para evitar que se peguen al fondo de la cazuela.
Sírvalos bien calientes. Puede decorarlos con un poco de perejil cortado bien fino.