Muchos se atreven a decir que La Habana es la ciudad más hermosa del Caribe y otros aseguran que hasta del continente. Más allá de cuestionarnos su desarrollo infraestructural y económico, es válido tener presente que la capital de los cubanos es única e inigualable por muchísimas razones, entre ellas, esa estética vintage de los cincuenta que aun la rige y a la calidez humana de la gente que la habita.
A continuación te dejamos 8 de muchos pretextos para dejar todo lo que estás haciendo y darte un saltico por La Habana, una vez catalogada como el “París” de las Américas.
1. Los habaneros y las habaneras
Los moradores de La Habana son una peculiar estirpe de personas luchadoras, soñadoras, impulsivas, pero por encima de todo, amantes de la vida. Conocer a un habanero en cualquier parte del mundo es sacarse la lotería, ni te molestes en discutir con él o ella, siempre tendrá la razón y creerá que La Habana es el ombligo del mundo.
2. El mar siempre te queda cerca
Si eres de las almas platónicas que florece con un atardecer perfecto frente al mar, La Habana es sin dudas tu lugar en este mundo. Casi todas las avenidas importantes de la ciudad empiezan o desembocan en el mar, siendo una de las más conocidas el famoso Malecón habanero, amplio paseo que se extiende a través de varios municipios y brinda de primera mano una experiencia marítima incomparable. El mar es uno de los componentes más importantes de la vida nocturna del cubano, en la capital es muy común toparse con cientos de personas que prefieren sentarse frente al mismo para pasar un buen rato.
3. Viajar en el tiempo es algo real
¿Quieres visitar murallas, fortalezas y castillos? No hay problema. ¿Quieres saber cómo eran las mansiones donde vivía la burguesía neocolonial que apostó por Cuba, los edificios exponentes del Art Decó, el diseño vintage de las máquinas de coser, de los autos Ford o Chevy, de secadoras de pelo, buzones, luminario urbano? ¿El estilo soviético en la arquitectura y fabricación de autos en los 70?
Todo ello y mucho más te espera en La Habana, una ciudad llena de rincones que se detuvieron en el tiempo un día y han aflorado valiéndose precisamente de esta cualidad. Ello lo han sabido aprovechar, como nadie antes, las llamadas paladares o restaurantes de gestión privada, que hoy repiten la estética de antaño en sus diseños de interior y sus ofertas gastronómica.
4. Cualquier sitio es digno de una buena foto
Hacia donde sea que encuadres tu cámara encontrarás belleza exótica y única en el planeta. Casinos o cines semi-abandonados, recuperados luego como sede de atractivos sitios nocturnos que iluminan las callejuelas más intricadas, autos descapotables de la década de los 50 con colores estridentes, imponentes edificaciones de la arquitectura criolla más ecléctica o la confluencia de modernidad con los vestigios del pasado y los restos de una sociedad adornada con simbología comunista.
De la misma forma, la rica mezcla de rasgos universales que distingue las facciones de los cubanos viene como anillo al dedo para sugestivos retratos.
5. Ropa holgada libera al espíritu
Cuba es un eterno verano, así que tu paso por La Habana tiene que ir de la mano de una vestimenta suelta y holgada para evitar el sofocante calor que acecha en todos los rincones de la ciudad. Olvídate de los trajes apretados, esmóquines, bufandas, ninguna de las prendas que cohíben el movimiento libre y la expresión individual del cuerpo tienen cabida en la isla caribeña.
6. Más de una sorpresa al día
Si para ti no hay nada más abrumador que la rutina, en La Habana darás un adiós definitivo a lo predecible. Olvídate de hacer planes, nada te saldrá a la perfección, pero de alguna forma saldrás ganando.
Lo mismo te sorprende un aguacero en medio de un día soleado, que evitas una larga caminata gracias a la “botella” (aventón) de un agradable extraño o encuentras el amor de tu vida en una apretada guagua (autobús en Cuba).
7. Hay música en todas partes
Se te cuela por las venas y te obliga a mover el esqueleto así te encuentres cruzando una peligrosa calle. En La Habana la música, como muchas otras expresiones artísticas, inunda todo los recovecos, las casas, los pequeños negocios, los centros culturales, comercios y espacios públicos abiertos. Es una parte muy importante en la vida de los cubanos y aderezo principal de todas nuestras celebraciones y tradiciones.
Reguetón y salsa son los géneros más comunes y de los cuales poseemos orgullosamente más exponentes. No obstante, como en la isla confluyen toda una amplísima escala de tendencias musicales, otras expresiones como la trova, el pop estadounidense, el rock, la música de cámara y muchas más armonizan también la banda sonora de la capital cubana.
8. La mejor coctelería del Caribe
Cuba Libre, Daiquirí, Mojito, son sólo tres de los más famosos tragos en la exquisita gama coctelera cubana. En La Habana precisamente, se encuentran los lugares insignia que le ganaron fama mundial a estas bebidas, gracias a su fan proclamado, el Nobel de Literatura Ernest Hemingway. Basta con una visita a los icónicos Floridita y La Bodeguita del Medio para degustar el elixir que adorna la vida nocturna de los habaneros. La ciudad es también cuna y sede actual de prestigiosas marcas roneras como Havana Club y Legendario.
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