Si las tasas de suicidios son, al menos en parte, síntoma de la incertidumbre y de la crisis de un país para mantener el equilibrio de sus ciudadanos, algo pasa en Cuba, cuyos índices son de lo más elevados de América Latina, algo que se viene repitiendo ―en voz baja― desde hace años.
Deudas de juego; alcoholismo; drogadicción; personas mayores que han quedado solas tras la partida de sus familiares al extranjero; problemas económicos, frustraciones amorosas o laborales; familias disfuncionales (muchas veces por la obligación de convivir varias generaciones o ramas de una misma familia en una misma casa); y también el acoso escolar (en el caso de los más jóvenes), se encuentran entre las causas directas del elevado índice de suicidio en Cuba.
Según datos ofrecidos por Cubanet en un reciente reporte sobre el tema, en 2015 se registraron 1492 muertes por suicidio en Cuba. Ello supone una tasa de 13.3, describiendo un ligero aumento en comparación con el 2014, que fue de 1454 suicidios, para una tasa de 13.0.
Debe precisarse que las cifras publicadas por el Anuario Estadístico de Salud del 2015 sólo resumen el suicidio en cifras generales. Ello supone que no registran los intentos fallidos que ingresan a los hospitales, ni aportan información sobre las causas del suicidio por edades.
Lo cierto es que, desde 1969, el suicidio ha sido una de las 10 principales causas de muerte en la Isla.
En este vídeo, la doctora en Ciencias Médicas y especialista en psiquiatría ―Ana Sarracent Sarracent― explica la situación alarmante por los índices de suicidio en Cuba.
En opinión de Sarracent, el estrés causado por “el sentimiento de no poder cambiar la forma de vida provoca la frustración”, que exige herramientas para enfrentarla, es parte importante del asunto.
Y añade:
“Depende mucho de las capacidades individuales, los problemas sociales yo no diría que predisponen, pero pueden facilitar la conducta suicida”.
Sarracent explica que las causas son de carácter multifactorial:
“Tradicionalmente, el suicidio se ha manejado como un problema que depende única y exclusivamente del sistema social y el fracaso de este sistema político, pero hay pruebas de que no es así (…). Las causas van desde problemas biológicos, psicológicos, hasta problemas sociales. Esa es la paradoja que la gente no entiende. Por ejemplo, en el 80 se disparó [tasa 22], pero en pleno “Periodo Especial”, la tasa de suicidio bajó [tasa 20]. Cuando tú estás preparado para enfrentar un problema, sabes que una crisis se avecina, tú lo que tratas es de sobrevivir”.
Las estadísticas correspondientes al período de 1993 a 1998, revelan tasas (entre 21 y 18) consideradas altas por las autoridades sanitarias cubanas. El quinquenio estuvo marcado por una profunda depresión económica decretada por el gobierno como “Periodo Especial Incrementado”.
No obstante, todos los especialistas consultados para el citado reportaje de Cubanet, consideran que de 1993 a 1998, paradójicamente, el suicidio disminuyó en la Isla.
En el orden estadístico, los métodos más utilizados en Cuba son el ahorcamiento, el envenenamiento y el fuego. En las provincias orientales predomina cómo método el fuego, mientras que en las occidentales se tiende más al ahorcamiento, las pastillas y el corte de venas.
La doctora Sarracent lleva adelante el desarrollo de grupos de autoayuda a pacientes que tienen intentos suicidas.
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