Santiago de Cuba ―apodada históricamente como “la tierra caliente”― hace honor, en pleno verano, a esas altas temperaturas que la suelen identificar.
Con un promedio de 37 grados Celsius en lo que llevamos de agosto, la sensación de calor es todavía superior, cuando encima la humedad relativa es muy elevada, fenómeno frecuente en toda la Isla.
Como es lógico, las altas temperaturas incitan al consumo de líquidos fríos y especialmente de helado, cuya venta se ha duplicado en la provincia de Santiago en lo que llevamos de agosto.
Poder satisfacer esa alta demanda conlleva el reto de mantener una elevada productividad, algo que se ha podido conseguir gracias a la reciente reparación capital de la fábrica de helados “Siboney”, que ambiciona elaborar 10 mil galones de helados diarios.
Uno de los responsables de la instalación asegura que, antes de ser reparada, la fábrica elaboraba entre 7 mil y 7 500 galones de helados diariamente, y precisa que tras la reparación se han comprometido a preparar entre 8 mil y 10 mil galones diarios.
Ese deseo puede llegar a hacerse realidad gracias a la reciente optimización de buena parte del equipo tecnológico necesario para producir helados: compresores, tanques de mezcla, extractores y demás equipación.
La fábrica comercializa ocho sabores que adquieren diferentes formas: vasos, paletas, cajas; y producciones más singulares como la naranja, el coco, la piña y la toronja glacé.
La heladería “Jardón de las enramadas”, situada en la provincia, vende hasta 1200 galones diarios. Con una capacidad para 290 comensales, la agilidad de los meseros favorece que hasta 10 mil personas sean atendidas cada día.
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