Se han registrado al menos 531 sismos en la falla Oriente, entre Guantánamo y Santiago de Cuba, después del sismo perceptible del 7 de septiembre, con magnitud revisada de 4.1.
Enrique Diego Arango Arias, Jefe del Servicio Sismológico Nacional de Cuba en Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS), explicó este lunes en Facebook que siguen con detenimiento la sismicidad de la zona de la falla Oriente, situada entre las bahías de Guantánamo y Santiago de Cuba.
“Por ahora no es posible predecir el comportamiento futuro de la sismicidad en esta zona, solo seguir observando”, explicó el experto, aunque destacó que la falla se encuentra “muy activa”.
El experto puntualizó este martes que se registraron otros 21 sismos, sumando un total de 531 movimientos telúricos detectados por la red de monitoreo del CENAIS, tras los 510 reportados hasta el lunes.
Recientemente, Arango aclaró en sus redes sociales que cuando se producen múltiples terremotos en un corto periodo, surge una pregunta recurrente: “¿Esa liberación de energía nos salva de un terremoto fuerte?”.
El experto aclaró que: “Siento decirles que no nos salva. La magnitud de un terremoto se mide por la energía que se libera, utilizando escalas logarítmicas”.
En ese sentido, detalló: “Un sismo de 3.0 de magnitud es 32 veces menor que uno de 4.0, es 1 000 veces menor de uno de 5, es 31 000 veces menor de uno de 6 y así sucesivamente”.
Para ilustrar este principio, Arango compartió un gráfico que muestra cómo el terremoto de magnitud 7.7 ocurrido el 28 de enero de 2020 eclipsa a todos los sismos registrados entre 2010 y 2024 en la falla Oriente, y concluyó: “Su energía es incomparablemente superior al resto”.
En lo que va de 2024, se han registrado en Cuba 11 sismos perceptibles, incluyendo el reportado el pasado 7 de septiembre.
En 2023 se registraron un total de 14 sismos perceptibles en Cuba, la mayoría de los cuales se localizaron en la falla Oriente, la principal zona de actividad sísmica del país y un límite de placas tectónicas al sur de la región oriental.
Ese mismo año, el CENAIS presentó un mapa en el que se compilan los epicentros de los sismos detectados por la red de estaciones sismológicas cubanas desde enero de 1998 hasta febrero de 2024, destacando las porciones donde es más densa y alta la probabilidad de movimientos telúricos en un país sísmicamente activo.
El estudio fue analizado en el portal de la Red Cubana de la Ciencia (REDCIEN) por dos expertos del patio como Enrique Arango Arias y Manuel A. Iturralde Vinent, quienes resaltaron que, a pesar de su baja magnitud y poca perceptibilidad, es importante su vigilancia, pues pueden provocar fracturas en las estructuras rígidas y con el tiempo generar problemas más serios.
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