Desde los devastadores terremotos de magnitudes 6.0 y 6.7 ocurridos el pasado 10 de noviembre, el oriente de Cuba no ha dejado de temblar.
Según el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS), hasta el cierre del 22 de noviembre, se han registrado un total de 5,350 réplicas, de las cuales al menos 125 han sido perceptibles para la población.
El parte sismológico más reciente detalla que entre el 21 y 22 de noviembre se identificaron 172 sismos, distribuidos de la siguiente manera:
- Pilón-Chivirico: 160 sismos, con magnitudes entre 1.1 y 4.0.
- Santiago-Baconao: 11 sismos, con magnitudes entre 0.8 y 2.1.
- Moa-Purial: 1 sismo de magnitud 2.3.
El evento más significativo de este período ocurrió en República Dominicana, con un temblor de magnitud 4.1.
A pesar de la intensidad y cantidad de réplicas, la mayoría han sido menores y no han provocado daños significativos.
Sin embargo, el temor persiste entre los habitantes de localidades como Pilón, Media Luna y Santiago de Cuba, quienes han compartido sus preocupaciones a través de redes sociales.
El martes, un terremoto de magnitud 4.2 fue perceptible en varios municipios de las provincias de Granma y Santiago de Cuba, mientras que el 21 de noviembre otro evento de magnitud 4.0 sacudió la región, localizándose su epicentro a 19 kilómetros al sureste de Pilón.
Enrique Diego Arango Arias, jefe del Servicio Sismológico Nacional, calificó como "normal" que este tipo de actividad sísmica continúe durante semanas o incluso meses tras eventos de gran magnitud.
"Las réplicas son producto del reajuste de la zona de ruptura y, generalmente, son menores que el evento principal", explicó.
Las autoridades instan a la población a mantener la calma y seguir las medidas de seguridad ante eventos sísmicos, incluyendo identificar lugares seguros y evitar estructuras debilitadas.
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