El huracán Matthew es apenas un mal recuerdo en la mente de muchos.
Ya desaparecido en el Atlántico, y con la certeza de que jamás un huracán volverá a llevar ese nombre, todavía el implacable asesino sigue cobrándose víctimas en una nación tan empobrecida como Haití.
Y con certeza serían más los muertos si no fuera por la hermosa labor que allí realizan desde hace muchísimos años los médicos cubanos de la Brigada Henry Reeve, que en días recientes han redoblado sus consultas tras la llegada de otro grupo de especialistas de la isla.
El periodista Cuscó Tarradell nos trae un reportaje desde un territorio donde las imágenes lo dicen todo.
La anécdota de la bebé encontrada deshidratada, a la intemperie, entre una caja de madera y el cuerpo de su madre muerta, duele hasta los huesos.
Abandono, tristeza, muerte, hambre, desnutrición... la oscuridad y las tinieblas acechan cada pedazo de tierra en Haití, donde brillan apenas pocas luces: las batas blancas.
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